Contaminación

Coca-Cola edifica planta la chispa de reciclar plásticos pet

La Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) construye la primera planta en Latinoamérica para reciclar plástico PET, con capacidad para procesar 25 mil toneladas al año de este material, que posteriormente será utilizado en la fabricación de nuevos envases de productos alimenticios.

La planta, que estará terminada en el último trimestre de 2004, ayudará triplicar la cantidad de PET que hoy se recicla y reducirá el almacenamiento de este material en los rellenos sanitarios, convirtiendo a México en pionero de este tipo de desarrollos.

Al colocar la primera piedra del complejo ubicado en Toluca, Estado de México, el presidente y director general de The Coca-Cola Company, Douglas N. Daft, puso en marcha los trabajos de construcción de la planta que requerirá una inversión de 20 millones de dólares.

“Esta primera piedra simboliza los valores de Coca-Cola: no sólo nuestra preocupación por la protección del medio ambiente, sino también nuestro compromiso por mantener y cumplir nuestras promesas”, dijo Daft durante la ceremonia.

El proyecto es producto de la unión de esfuerzos de Coca-Cola de México, su principal embotellador Coca-Cola FEMSA, y ALPLA México, uno de sus mayores proveedores de envases PET, los que formaron la Industria Mexicana del Reciclaje (Imer), que a su vez apoyará los trabajos de acopio de la asociación Ecología y Compromiso Empresarial (Ecoce), que ya acopia PET en diversas zonas del país.

La nueva planta, la cuarta existente en el mundo, será capaz de procesar todas las botellas hechas con PET sin importar su marca o uso específico para convertirlas en una resina cuya pureza es equivalente a la del material virgen.

Este novedoso proceso que utilizará la planta fue desarrollado por Carlos Gutiérrez, de origen mexicano y quien dirige en Estados Unidos la empresa United Resources Recovery Corporation, que a la fecha ha otorgado licencias para plantas similares en Suiza, Estados Unidos y Alemania.

“Este suceso simboliza también la manera en que la Compañía Coca-Cola busca trabajar en colaboración con sus embotelladores y proveedores alrededor del mundo. Y en Coca-Cola FEMSA y ALPLA México tenemos dos de los mejores socios que cualquier compañía desearía tener”, agregó Daft.

En el acto estuvieron presentes el gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, y el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alberto Cárdenas, quienes atestiguaron el arranque de la obra.

En México el reciclado y acopio del plástico es una actividad aún muy pequeña. Las principales fuentes de suministro de PET posconsumo provienen de las plantas de transferencia y rellenos sanitarios por medio de la pepena.

La nueva planta, que lleva el reciclado del PET un paso más adelante al poder reutilizarse en envasado de alimentos, generará empleos en toda la cadena productiva del acopio y reciclaje.

Compromiso con el medio ambiente

La IMCC, congruente con el código de conducta que desde el inicio de sus operaciones ha regido su práctica empresarial, asume en todos los niveles el compromiso de proteger, preservar y enriquecer el medio ambiente con el establecimiento de métodos y procedimientos de gestión que garantizan que todas las decisiones de las empresas del sistema, siempre respeten esos tres principios del pensamiento ecológicamente responsable.

Las acciones que Coca-Cola está realizando en pro de la preservación del medio ambiente involucran diversas áreas, como el uso del agua, la protección de la capa de ozono y el reciclado de desechos sólidos, por nombrar sólo algunas.

En el caso de los desechos sólidos, se han promovido desde hace varios años diversas estrategias internas que han incrementado la cantidad de aluminio, plástico, vidrio y PET que son reciclados en los procesos de todas las plantas embotelladoras del país.

Además, externamente, en conjunto con otras empresas consumidoras y productoras de envases de PET, Coca-Cola participa en la creación, desarrollo e inicio de operaciones del Ecoce, un conglomerado coordinador, sin fines de lucro.

Además del trabajo realizado en coordinación con Ecoce, Coca-Cola desarrolla diversas iniciativas propias con acciones tendentes a la recuperación, reciclado y control de desechos sólidos generados por el uso de envases de PET.

Todas las acciones de este tipo se hacen en conjunto con escuelas que a cambio de la participación de sus alumnos en proyectos de recolección, reciben apoyo para su equipamiento o mantenimiento. De esta manera, además de los beneficios inmediatos que obtienen las escuelas, se propicia un espíritu de solidaridad y una mayor conciencia ecológica entre los alumnos.

Pasos para reciclar PET

El proceso para reciclar el PET consta de 20 pasos, que inician con el tratamiento de la hojuela del PET que es pasada a través de un flujo de aire para la separación de materiales extraños.

Luego la hojuela es lavada con una solución alcalina y puesta en un tanque de flotación para separar los remanentes. En seguida, se saca la hojuela para mezclarla con sosa cáustica y nuevamente secarla con calor.

Se inicia entonces un proceso de descontaminación del material en un reactor horizontal giratorio denominado “Kiln”, en donde los remanentes de PVC son degradados térmicamente lo que facilita su separación del PET.

En seguida viene la etapa de hidrociclón, en donde por efectos de la fuerza centrífuga se separan los remanentes como arena o pedazos de vidrio; sigue una segunda etapa de lavado y enjuague y una segunda separación de remanentes de PVC por medio de flotación.

El paso siguiente es una segunda etapa de hidrociclón y una neutralización del material en una solución acuosa de ácido fosfórico, para luego someter al material a una segunda etapa de secado centrífugo.

Sigue una separación de color en donde la hojuela de PET es sometida a un equipo que detecta partículas cuyo color sea diferente al que caracteriza al PET procesado (blanco cristalizado o transparente).

Viene entonces una etapa de homogenización del tamaño de partícula en donde son eliminadas todas aquellas hojuelas cuyo volumen sea menor al especificado; en seguida, el material pasa a través de un sistema integrado por varios detectores/eyectores de metal colocados en serie que remueven las partículas metálicas tanto ferrosas como no ferrosas.

También una segunda etapa de elutriación en que se remueven los finos remanentes y la etapa de pelletizado en que la hojuela limpia y decontaminada es fundida y convertida en forma de pequeñas esferas (pellets).

Finalmente los pellets filtrados son sometidos a condiciones de tiempo y temperatura tales que permiten mejorar las propiedades físicas del material. La última parte es el empacado.

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