El asma es una de las enfermedades respiratorias más comunes en la actualidad, sin embargo es muy controlable
De acuerdo con investigaciones médicas, el ejercicio es recomendable para los asmáticos, aunque estos pacientes no deben realizar una actividad física intensa si la enfermedad no está controlada.
El asma constituye una de las principales enfermedades no transmisibles. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay unos 235 millones de personas con esta patología.
Pese a que durante los ataques de asma, el revestimiento de los bronquios se hincha, con lo que disminuye su diámetro interno y se reduce el flujo de aire que entra y sale de los pulmones, la causa fundamental de una crisis producida por el ejercicio es un enfriamiento rápido e intenso de los bronquios, que pierden calor y humedad.
Por lo tanto, un buen calentamiento, empezando suavemente hasta alcanzar una intensidad moderada y con una duración de unos 10 o 15 minutos, hará que las vías aéreas se vayan preparando para el ejercicio.
De ahí que la natación sea uno de los mejores deportes para los asmáticos, porque no provoca excesiva presión pectoral y se practica en un ambiente húmedo. En cambio, correr, ejercitarse en la cinta andadora o montar en bicicleta son actividades poco adecuadas para las personas con asma.
Como ejemplo, en México se tiene al medallista olímpico Fernando Platas, al cumplir 26 años, se le diagnosticó asma, después de un ataque que requirió hospitalización urgente. A pesar de esto, su vida siguió el curso normal, por supuesto, no afectó para nada sus competencias ni entrenamientos en la especialidad de clavados.
