Imágenes infrarrojas obtenidas por el telescopio espacial Spitzer que han permitido a los científicos observar el proceso de formación de los nuevos astros
Teorema Ambiental/Redacción
La Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio de EEUU (NASA, por sus siglas en inglés), encontró el secreto que oculta en su interior la nebulosa Westerhout 40 (W40), conocida también como Nebulosa Mariposa, ya que se especulaba que fuera un centro de formación de estrellas jóvenes.
La acumulación de cientos de “estrellas bebé” le da esta peculiar forma de mariposa roja, explicó la dependencia, luego de analizar varias imágenes infrarrojas obtenidas por el telescopio espacial Spitzer que revelaron el proceso de formación de los nuevos astros.
Las nebulosas son una acumulación de polvo y gas presentes en el cosmos. La W40 tiene dos protuberancias, en forma de “alas” conformadas por las emanaciones calientes procedentes del resto de las estrellas que conforman la nebulosa.
“La radiación y los vientos que expelen las estrellas mayores, junto con los materiales que han sido empujados al espacio cuando las estrellas explotan, forma burbujas similares a las presentes en W40”, detalla la NASA.
Dentro de esas nubes de gas y polvo, la fuerza de la gravedad empuja los distintos materiales que flotan en ellas hasta que se fusionan, dando lugar al nacimiento de una estrella. Por ello esta nebulosa es un buen ejemplo de por qué cuando se forma una estrella, se destruyen las nubes que participaron en su formación.
La Nebulosa Mariposa se encuentra a mil 400 años luz del Sol, aproximadamente la misma distancia que la nebulosa de Orión.
Ambas son las dos regiones más próximas a la Tierra, donde se pudo constatar la formación de estrellas de gran tamaño, diez veces más grandes que el Sol.
Los científicos creen que la nebulosa W40, en la constelación de Escorpio, se formó hace unos diez mil años a partir de la expulsión de material de una estrella en su última fase evolutiva.
