Ciencia y tecnología

Empaques para buen manejo poscosecha

A través de los años, la industria de los plásticos ha generado opciones y materiales para la conservación y manejo de productos hortofrutícolas. Hoy la problemática que representa la dependencia del petróleo y la contaminación generada por materiales de difícil reciclaje la han llevado a la generación de materiales biodegradables como el PLA.

Los empaques plásticos que en forma tradicional se utilizan para almacenar frutas y verduras están hechos de materiales como el pet y el poliestireno, ya que presentan características importantes consideradas en la conservación.

Todas las frutas y verduras tienen un proceso natural de envejecimiento en el que intervienen gases como el oxígeno, el etileno y el dióxido de carbono. Una fruta después de ser cosechada llega a su punto de madurez o pudrición debido a la acción de esos gases.

Para conservar y manejar el proceso poscosecha de frutas y verduras los empaques deben ser elegidos adecuadamente, de tal forma que permitan un equilibrio entre la ventilación y la temperatura, dependiendo del producto, explicó Salvador Valle Guadarrama, profesor investigador del Departamento de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

Bajo estos requerimientos, los plásticos se convirtieron en el material ideal para la fabricación de empaques agrícolas por tener dos características importantes: ser impermeables a líquidos y permeables a gases; además de que protegen los productos de daños mecánicos y facilitan su transportación.

El problema es que materiales como el pet, polietileno o poliestireno al ser difíciles de degradar tienen presencia en el ambiente durante muchos años. Por ello la industria llevó a cabo la tarea de investigar nuevos materiales de los que derivó el polylactide (PLA) —por sus siglas en inglés—, un polímero proveniente del ácido láctico que se extrae del maíz amarillo, lo que lo convierte en un material ciento por ciento orgánico y biodegradable.

Su presencia en el mercado ha venido a revolucionar la industria de los empaques. En principio el PLA tenía un color amarillo, pero gracias al uso de ciertas tecnologías se logró obtener un material resistente, de color cristalino, que se utiliza en la elaboración de empaques hortofrutícolas, aunque también puede ser empleado en otro tipo de industrias, refirió Agustín Bravo Zermeño, gerente de marca de la empresa Plásticos del Futuro.

En el mundo existen sólo dos fábricas que producen la resina de PLA, una se localiza en Estados Unidos y la otra en el Reino Unido. Lo revolucionario de este nuevo empaque radica en su propiedad altamente biodegradable lo cual es difícil de conseguir con otro tipo de plásticos, “el pet y el poliestireno tardan más de 100 años en empezar a degradarse en el suelo, mientras que el PLA comienza su degradación en aproximadamente tres meses”, indicó Agustín Bravo.

Las exigencias del mercado

Muchas empresas dedicadas a la comercialización de frutas y verduras empaquetadas, están cambiando los clam shells (empaques) de materiales como el pet por los elaborados con PLA; ya que las grandes cadenas departamentales no sólo exigen sino que limitan la entrada de productos que no vengan en empaques biodegradables como sucede en Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia.

La tendencia a utilizar este tipo de recipientes, proviene de la exigencia que hacen los consumidores a los comercializadores para que vendan productos orgánicos e higiénicos en empaques que no contaminen, por lo que éstos a su vez exigen al productor de frutas y hortalizas la entrega de sus mercancías en empaques biodegradables.

Esta práctica está llegando a nuestro país por medio de grandes tiendas departamentales como Wal-Mart, la cual exige a sus proveedores productos en clam shells de PLA.

Algunos agricultores del país ya están en proceso de transición, como ejemplo tenemos productores de uva en Sonora y de tomate hidropónico en el Estado de México, señaló Agustín Bravo.

Cuando se emplea un empaque para almacenar productos hortofrutícolas el productor recibirá un mejor precio por su producto; el comercializador podrá ofrecer frutas y verduras a un nicho de mercado interesado en no adquirir a granel; mientras que el consumidor hará más eficiente su compra al encontrar las raciones que tiene previsto consumir y que le durarán mucho más tiempo en su mesa, la diferencia de precios que encontrará entre frutas y verduras a granel y las que están empaquetadas es mínima, explicó el gerente de ventas de Plásticos del Futuro.

A decir del experto, la cultura del uso de empaques ha cambiado debido a los nuevos hábitos de consumo de los clientes y a que el manejo poscosecha en nuestro país también ha evolucionado. “Hace 15 años era impensable una logística para proveer a tiendas departamentales, escenario que actualmente sí existe y es el que exige toda una serie de regulaciones.”

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