Ciencia y tecnología

Elaboran norma para ambientes protegidos

Ante la situación de “charlatanería” y engaño que se da por parte de algunas empresas que venden invernaderos, la Asociación Nacional de Constructores de Invernaderos (ANCI) impulsa una norma para la construcción de este tipo de estructuras en las diferentes regiones del país, con todas las especificaciones técnicas necesarias según la región, temperatura, velocidad de viento, zona sísmica o presencia de granizadas o nieve.

La norma —que lleva un 80 por ciento de avance—, se elabora conjuntamente con el Centro de Normalización y Certificación de Productos (CNCP), fabricantes de acero y técnicos especializados en invernaderos y se prevé que esté lista para 2006.

La normatividad especifica que las empresas constructoras deben estar calificadas, lo cual permitirá impulsar el desarrollo tecnológico de los invernaderos en México, ya que actualmente las calidades de éstos son muy variables y algunas empresas engañan a la gente, señala Gilberto Gómez Priego, presidente de la ANCI.

Por ejemplo, menciona, hay invernaderos en Yucatán que se han vendido con calefacción sólo porque es parte de un paquete tecnológico israelita y así lo distribuyen, sin tomar en cuenta que en esa entidad no se presentan fenómenos naturales como en países que tienen seis meses de heladas.

Hay que traer —considera Gómez Priego— tecnología que se adapte a México, ya que de lo contrario los costos son muy altos y eso afecta considerablemente la productividad.

“Teniendo una norma todo mundo sabrá qué debe tener un invernadero, qué necesita y cómo construirlo. No es lo mismo un invernadero para Sonora que uno para Tlaxcala o uno de Yucatán para la costa del Pacífico o uno para el altiplano, ya que México tiene todos los climas y cada uno requiere una metodología y manejo diferente.”

El presidente de ANCI anota que los invernaderos son una técnica agrícola aplicable en México, ya que no tenemos un invierno con hielo, pero sí contingencias de aire, granizo o heladas, lo cual podemos controlar con la agricultura protegida.

Un objetivo importante de la ANCI es evitar la “charlatanería”, que se dio porque todo mundo cotizaba más barato para ganar los concursos estatales para construcción de invernaderos y no cumplían con las especificaciones técnicas, un fabricante profesional recomienda seis kilos por metro cuadrado de invernadero y un “charlatán” con tal de ganar los concursos trabaja con tres o cuatro kilos de acero en ese espacio, expresa Gilberto Gómez.

La norma plantea que la vida promedio de un invernadero debe ser de 10 años como mínimo y en uno más desarrollado se puede alcanzar hasta 15.

Recomendaciones para adquirir un invernadero

La agricultura protegida por un invernadero es la mejor opción que tiene el agricultor, ya que se busca manejar calidad internacional en la producción. Este sistema depende de la capacidad técnica de manejo, la utilización de semillas mejoradas y maquinaria adecuada, con lo que se obtiene una calidad constante y se pueden tener producciones de 10 y 12 meses dependiendo de la región.

Entre las recomendaciones generales a la hora de construir un invernadero, de acuerdo con la ANCI, están tomar en cuenta qué tipo de suelo se tiene, su inclinación, dónde estará ubicado, qué tanta disponibilidad de agua hay, cuál es su calidad y qué tanto se va a producir.

Otro aspecto es considerar qué tipo de invernadero se requiere, su altura, la temperatura que maneja, qué sistema de riego emplea y qué experiencia se tiene, porque el agricultor necesita estar preparado para manejar el invernadero.

Los mejores materiales que se pueden utilizar en México son el acero y el plástico, el vidrio no es necesario en este país porque es propio para zonas donde hay nieve; tampoco se recomiendan materiales rústicos, ya que a la larga la madera es más cara, se pudre y ocasiona contaminación a las plantas.

La calidad de acero es importante y la capacidad de carga, porque a veces se instala un invernadero para flores y los agricultores cultivan jitomate y se colapsa porque no está hecho para soportar ese peso.

Según la propuesta de norma, todos los invernaderos deben estar diseñados para soportar vientos de 120 kilómetros por hora como mínimo. Debido a que cada zona es diferente se requiere cierto nivel de resistencia. Para enfrentar un huracán se debe retirar el plástico para que pase el aire, no es viable diseñarlos para soportar ráfagas de 250 kilómetros por hora.

Debido a la escasez de técnicos especializados en el manejo de cultivos bajo invernadero, la ANCI se coordina con la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) para preparar técnicos especializados en este sector.

Inversión

Mucho se habla del costo de inversión para un invernadero, sin embargo Gilberto Gómez comenta que si tenemos buena redituabilidad no importa el costo.

La inversión promedio por metro cuadrado se estima en 200 pesos y dependiendo del grado de tecnología puede alcanzar hasta los 400 pesos.

A campo abierto un productor de tomate puede producir 75 toneladas, con un promedio de 20; en invernadero se pueden producir 600 toneladas cuando el promedio es de 250 toneladas en un ciclo agrícola anual. Ésa es la diferencia que hay entre una agricultura y otra. Hay que medir el costo por productividad, remarca el presidente de ANCI.

Respecto a la opinión generalizada en ciertos sectores de que un agricultor pequeño no puede invertir en un invernadero, Gómez Priego anota que un productor podría sembrar en vez de 20 hectáreas a cielo abierto con un elevado costo de producción, dos mil metros bajo el sistema de agricultura protegida, donde obtendría la misma producción y con mayor seguridad. Por ello, concluye que no se necesita hacer grandes inversiones. A la gente nueva le recomienda empezar por pequeñas superficies y que vaya creciendo conforme vaya adquiriendo experiencia en el manejo del invernadero.

La inversión promedio por hectárea en infraestructura para un invernadero es de dos millones de pesos.

En el aspecto ambiental, Gilberto Gómez expone que siempre se ha considerado que el sector agrícola como el que más desperdicia agua, porque se trasmina y evapora, con un costo muy alto. Por ello explica que con la agricultura protegida de los invernaderos lo primero que se hace es captar el agua de lluvia ya que es potable y limpia y no requiere ningún tratamiento. Hoy, calcula, 30 por ciento de los invernaderos aprovechan las precipitaciones pluviales.

Crédito

El éxito de las empresas transnacionales se debe al crédito, porque en este país los bancos no lo otorgan, afirma Gilberto Gómez. Una paradoja es que los bancos españoles, que son los mismos que están en México, en España sí le dan crédito a los mexicanos y aquí no. Es un círculo muy difícil de entender.

Considera que en cuanto los banqueros abran el crédito, y hagan lo mismo que en la rama automotriz, en ese momento se desarrollará la agricultura protegida. Cuando la banca mexicana establezca el crédito agrícola nosotros podemos construir 20 mil hectáreas en 10 años, con lo que podríamos abastecer la demanda de productos agrícolas de toda América Latina.

La ANCI se constituyó en enero de 2005 con 14 socios fundadores, fabricantes, constructores de invernaderos, los cuales aumentaron a 20, ya que se incluyó a proveedores de acero, plástico o sistemas de riego.

Hay empresarios mexicanos dentro de la asociación que durante 20 años han construido invernaderos, han mejorado su tecnología y pueden competir con la de otros países. Algunos son de Nuevo León, Sinaloa, Hidalgo, Morelos, Estado de México, Chiapas y Distrito Federal. En el país hay cerca de 40 fabricantes de invernaderos.

La asociación busca desarrollar la construcción de sistemas de agricultura protegida mediante las asociaciones agrícolas, gobiernos estatales y dependencias federales.

Ambiente controlado en México

Según cifras de la ANCI, en México hay al menos cuatro mil hectáreas de invernaderos, tanto de hortalizas como flores, además de cinco mil hectáreas con macrotúneles, principalmente en zonas templadas.

Para crear un puesto de trabajo en el sector industrial, se requieren dos millones de pesos; con esa misma cantidad, en un invernadero se generan 17 empleos permanentes, con un sueldo de por lo menos cuatro salarios mínimos. (ANCI)

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