Ciencia y tecnología

Descifran estructura social de abejas por su genoma

Ciudad de México.- Científicos de varias universidades secuenciaron el genoma de la abeja, lo que les permitió encontrar la clave para reconstruir una de las pocas sociedades complejas que han evolucionado en el planeta, y la única, fuera de los primates, que maneja un avanzado lenguaje simbólico.

Uno de los primeros hallazgos del estudio es que la estructura molecular de su reloj biológico es más parecido al de los mamíferos, incluido el ser humano, que al de los insectos, según los especialistas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que publicaron su trabajo en las revistas Nature y Genome Research.

Guy Bloch, titular del estudio, identificó y caracterizó genes clave relacionados con el reloj biológico de estos insectos, el cual regula la noción de día y noche, los procesos de alerta, fatiga, temperatura y secreción de hormonas.

«Las abejas confían en su reloj biológico para calcular el tiempo de visitar las flores y recolectar el mayor polen posible. Pueden aprender a calcular el tiempo para alcanzar flores en nueve puntos diferentes en el día con una exactitud de aproximadamente 20 minutos», explica el investigador en el artículo.

El reloj es esencial para la navegación, que además usa el sol como brújula porque se mueve durante el día del este hacia el oeste.

Sociedad compleja

Un equipo de científicos ha descodificado el genoma de la abeja productora de miel, un insecto que dulcifica la vida de los hombres desde hace milenios y cuyos patrones de comportamiento social siguen asombrando, anuncia la revista Nature.

La especie apis mellifera, más conocida como abeja, se convierte así en el tercer insecto, después de la mosca de la fruta y el mosquito, que ha revelado los secretos de su patrimonio genético.

El hallazgo ha sido posible gracias a una vasta operación llevada a cabo por cientos de investigadores, reagrupados en un consorcio dirigido por el estadounidense George Weinstock, del Baylor College of Medicine, en Houston (Texas).

La abeja es una de las raras especies que forman sociedades complejas en torno a un solo individuo fértil: la reina. Las demás hembras son, salvo excepciones, estériles y se encargan de tareas secundarias.

Por su parte, los machos tienen como única misión fecundar a su reina, aunque contribuyen también al mantenimiento de la temperatura de la colmena.

Las dos castas de hembras se desarrollan a partir de un mismo genoma, afirman los científicos.

El desciframiento del genoma fue posible gracias a la identificación de nuevas pequeñas moléculas de ácido ribonucleico, las microARN, que al parecer intervienen en esta diversificación social.

Si se comparan las conclusiones de esta investigación con la información obtenida de los genomas de la mosca de la fruta o del mosquito, las abejas revelan una evolución más lenta y presentan mayores similitudes en algunos de sus genes con los genomas de los vertebrados.

Además, las abejas poseen más genes relacionados con el olor y otros implicados en la utilización del néctar y del polen.

Según los datos genéticos conseguidos, estas abejas aparecieron en África, antes de colonizar Europa y Asia durante dos migraciones. Luego, el hombre se ha encargado de exportarlas por todo el mundo.

Las célebres abejas asesinas africanas, introducidas hace 50 años en Brasil antes de infestar México y el sur de Estados Unidos, constituyen una subespecie de comportamiento agresivo.

Fuente: El Norte

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