El encierro y la falta de contacto social tienen efectos psicológicos que afectan el buen funcionamiento de los sistemas inmune y neuroendocrino
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 3 de junio de 2020.— El estrés por aislamiento que provocan los más de dos meses que ha tomado el confinamiento por COVID-19 en México, por ejemplo, tiene efectos psicológicos que afectan el buen funcionamiento de los sistemas inmune y neuroendocrino, según una investigación realizada por el Equipo de Atención Psicosocial (EAPS) de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, en España.
Al respecto, la doctora María Rosa Castellano, directora del EAPS para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación la Caixa, explicó que durante el confinamiento “aparecen efectos psicológicos negativos más intensos” que pueden afectar a ambos sistemas.
Por ello, el estrés situacional “afecta de manera diferenciada de acuerdo a factores como: la personalidad previa, la edad y el nivel de educación, y sus efectos se pueden detectar afectaciones provocadas por factores psicológicos en meses o incluso años más tarde”, dijo.
Una serie de estudios muestran evidencias de 25 años de investigación sobre la influencia del estrés (físico, psíquico y social) en el sistema inmune y el sistema neuroendocrino. Ambos se ven alterados por el estrés situacional o crónico produciéndose diferencias bioquímicas.
El EAPS ha atendido a más de 15 mil personas para estudiar estos factores emocionales y sus efectos en el desarrollo de otras enfermedades que son visibles físicamente.
