Especies

Siguiendo los pasos de los habitantes de la Reserva del Jaguar del Norte

Estimados amigos,

Les tenemos noticias desde la reserva a través de la cual en Naturalia, AC, con el apoyo de The Northern Jaguar Proyect, protegemos la población más norteña de jaguar en nuestro país: la Reserva del Jaguar del Norte. El año pasado enfrentamos un trabajo muy duro después de la época de lluvias para reparar el camino en la sección del arroyo Babisal rumbo a Los Pavos, uno de los ranchos que conforman nuestra reserva; a pesar de que no fueron tan intensas, el camino estaba dañado en varias partes. Una máquina llegó para arreglar un tramo, aminorando nuestra tarea de remoción de piedras. Así es que nosotros sólo estuvimos rellenando zanjas, aunque esto fue muy pesado y lento porque teníamos que parar constantemente y eso retrasó nuestro viaje. Pero nuestro objetivo era llegar hasta Los Pavos, costara lo que costara…

Mientras hacíamos esta difícil tarea, tuvimos oportunidad de rescatar de morir deshidratada a una tortuga de la especie Kinosternon sonoriensis, mejor conocida como tortuga del lodo. Estos animales pueden pasar largas temporadas sin comer ni beber nada, siempre y cuando estén protegidos del sol, casi siempre, enterrados bajo tierra. Pero esa tortuga estaba atrapada en un antiguo bebedero al que posiblemente llegó en una lluvia y en el cual se quedó una vez que se secó. Cuando la vimos estaba muy débil, reseca, casi no se movía y no mostró ningún temor hacia nosotros. Le dimos un poco de nuestra agua y comenzó a moverse, buscamos un trozo de nopal que comió ávidamente y poco a poco fue moviéndose más; la llevamos a un represo y fue muy emocionante verla disfrutar el agua fresca. Allí la dejamos y continuamos nuestro trabajo.

Otro día nos topamos con una serpiente de cascabel que lamentablemente huyó al vernos por lo que no pudimos tomarle buenas fotografías; se trataba de una cascabel tigre (Crotalus tigris), que de acuerdo con la literatura, es posiblemente la cascabel más venenosa de la región y a la vez una especie sujeta a protección especial por las leyes mexicanas.

Días más tarde, un par de jabalíes (Pecari tajacu) pasaron frente a nosotros en El Dubaral (otro de los ranchos de la reserva). Los vimos mucho antes de que ellos a nosotros, y así pudimos observar cómo buscan alimento, pero sobre todo, sigilosamente fuimos testigos de una pelea entre ellos, pues se trataba de dos machos que tampoco se habían visto; al percatarse de nuestra presencia y ver la camioneta, corrieron rápidamente asustados, dando fin a su altercado. Fue una situación muy divertida.

Aunque aún no vemos jaguares (Panthera onca) en vivo, en las trampas-cámara que hemos colocado a lo largo de la reserva obtuvimos 25 fotografías de ellos. Al parecer los machos que nombramos Mayo e Inmenso siguen disputándose el territorio de Los Pavos, pues ambos aparecieron en este rancho con varios días de diferencia. El jaguar que llamamos Caza, y que ahora sabemos es hembra, salió por primera vez en fotografías tomadas en el rancho Las Tésotas (también parte de la reserva). El anterior dueño de ese rancho le llamó así y ahora esta hembra pasea por El Dubaral; no podemos evitar pensar que busca un refugio para reproducirse, como Cecilia, otra de nuestras hembras, así que esperamos tener pronto la segunda fotografía de cachorro de jaguar.

Para fin de año la lluvia nos tomó por sorpresa en la reserva, además del frío que comenzó a sentirse cada vez más fuerte. Una ligera pero constante llovizna cubrió la región durante casi tres días y los alrededores de Los Pavos estaban cubiertos por neblina, un escenario poco común y majestuoso. No sabemos exactamente cuánta lluvia cayó, pero debió ser una buena cantidad porque en los arroyos comenzó a correr agua donde casi ya no había. Estas lluvias fuera de la temporada de monzones son conocidas en la región como equipatas, y están asociadas a las tormentas invernales que representan una fuente importante de humedad en esta época para las especies vegetales de la zona.

En nuestros recorridos de esta ocasión encontramos varios restos de venados (Odocoileus virginianus) y uno de jabalí, que seguramente fueron matados y comidos por pumas (Puma concolor) o jaguares. Uno de los restos era muy reciente, pero sólo habían quedado las cuatro patas del venado, pelos y un montón de huesos triturados, además del contenido estomacal del animal, una masa verde con olor a excremento de caballo. Seguro no es una descripción agradable de nuestro hallazgo, pero es una de las más frescas evidencias de depredación que hemos visto. ¡La carne de las patas estaba todavía suave! Quizá la cacería ocurrió en la madrugada o muy de mañana de ese día, mientras nosotros dormíamos a unos cientos de metros del lugar.

Esa vez obtuvimos diez fotografías de jaguares en las trampas-cámara que revisamos. La mayoría son de Inmenso, quien sigue siendo el macho dominante de la zona. También hay una de Mayo, el otro jaguar macho de la reserva. Tiempo atrás él era el macho principal del lugar, pero ahora parece que ha quedado en segundo plano y en ocasiones aparece dentro de los dominios de Inmenso. Finalmente dos gratas sorpresas. Primero, encontramos una foto de un jaguar que únicamente había sido fotografiado en dos ranchos vecinos a la reserva. Este jaguar se llama La Flaca, aunque de flaca no tiene nada y como puede verse, es una hembra vigorosa. Después les hablaremos del origen del nombre de este jaguar hembra y la historia que tiene tras ella. La segunda sorpresa es sobre un jaguar que ahora sabemos es una hembra, se trata de Chasah; no teníamos fotos de ella desde 2010, es grandioso saber que sigue en el área y más aún que se trata de una hembra, por lo que no perdemos la esperanza de encontrarla pronto con su cría.

Hasta luego,

Carmina Gutiérrez y Miguel Gómez
Guardianes del jaguar en la Reserva del Jaguar del Norte
Naturalia, AC

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