Especies

Reviven gusanos de 42 mil años de edad por deshielo en Siberia

Al descongelarlos y ponerlos en medios de cultivo, animales de dos especies, Panagrolaiums detritophagus y Plectus parvus, comenzaban a moverse y a alimentarse

Teorema Ambiental /Redacción

Cuatro de cada cinco animales del planeta es un nematodo (gusanos pequeños que normalmente miden menos de un milímetro). Son tan abundantes sobre la superficie del planeta que, si borráramos toda la materia que forma la Tierra, podríamos ver el perfil de montañas, colinas, valles, ríos, lagos y océanos, representados por una capa de nematodos. Incluso, podríamos intuir dónde están los árboles, los animales y las ciudades. Seríamos capaces de determinar qué especies eran antes de borrarlos, dijo el biólogo Nathan Cobb.

Otro dato revelador sobre estos seres es que los efectos del cambio climático han intensificado su actividad. Un estudio publicado en la revista Doklady Biological Sciences indica que la fusión del permafrost, en Siberia, ha “devuelto la vida” a nematodos congelados hace 42 mil años.

De hecho, dos especies de nematodos, que vivieron en el Pleistoceno, volvían a estar activos, lo cual es una evidencia de criopresevación natural de animales multicelulares.

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Los científicos recogieron 300 muestras del permafrost ártico y hallaron una buena colección de nematodos bien preservados. Entre todas ellas, había muestras procedentes del río Alazeya, con 32 mil años de edad, y del río Kolyma, con 42 mil.

Al descongelarlos y ponerlos en medios de cultivo, animales de dos especies, Panagrolaiums detritophagus y Plectus parvus, comenzaban a moverse y a alimentarse de su plato favorito: las bacterias.

Esto incorpora a los nematodos al “selecto” club de seres vivos capaces de sobrevivir a una glaciación y despertar siglos después. Entre ellos están multitud de bacterias, hongos, algas, levaduras, amebas, esporas, semillas, etc. Y sin olvidar a los virus, entidades no vivas pero que pueden pasarse decenas de miles de años en el permafrost y volver a infectar cuando bajan las temperaturas.

Los investigadores no han descubierto cómo funciona esta capacidad, pero sugieren que estas dos especies cuentan con un mecanismo adaptativo para sobrevivir a la congelación durante periodos muy largos, y que comprenderlo puede ser muy interesante para varios campos de conocimiento. Por ejemplo, podría ser útil para la criomedicina, puesto que quizás más adelante se pueda criogenizar a personas para futuros tratamientos.

También es interesante para la astrobiología: para buscar vida en otros planetas, algunos de ellos posiblemente muy fríos.

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