Al ser animales naturalmente tímidos se estresan en demasía por ser manipulados y esto hace que se debilite su sistema inmune
Islas Caimán.— En la Granja de Tortugas Caimán, los turistas tienen la posibilidad de sostenerlas en sus manos, lo cual implica un riesgo constante de lastimarlas.
Migran por miles de kilómetros a través del océano durante toda su vida y son criaturas solitarias y tímidas.
Sin embargo, en esta granja no pueden ir mar adentro, son hacinadas en tanques y alimentadas con bolitas de comida en lugar de los pastos marinos naturales. Los turistas son alentados a tocarlas y sostenerlas sin ser conscientes del tormento mental y sufrimiento físico al que las están sometiendo.
Miles de tortugas en la Granja de Islas Caimán pasan todas sus vidas peleando por espacio en medio del hacinamiento. Las piletas de poca profundidad no les permiten expresar sus comportamientos naturales, como el de sumergirse y buscar comida. En cambio, las tortugas se enferman y estresan. Su comportamiento cambia, y se ensañan una contra la otra, mordiendo y mutilándose entre sí.
Los animales que son manipulados por los turistas están en peligro al entrar en contacto con bloqueador solar y repelente contra insectos que traen los turistas en las manos.
Al ser animales naturalmente tímidos se estresan en demasía por ser manipulados y esto hace que se debilite su sistema inmune, y aumenta la susceptibilidad a enfermedades.
Las tortugas merecen una vida mejor y más natural
Las tortugas marinas, como todo animal silvestre, merecen vivir libres de sufrimiento. La tortuga verde marina es una especie en peligro de extinción. Quisiéramos ver que la Granja de Tortugas de Islas Caimán se convierta en un centro de rehabilitación y educación de tortugas marinas, como el Observatorio Kélonia para Tortugas Marinas, en la isla Reunión, que imita las condiciones del hábitat natural de las tortugas.
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