Actualmente existen 62 especies de aves en el país bajo la categoría de amenaza o en peligro de extinción
Ciudad de México.— Gran parte de las aves de México y el mundo se encuentran amenazadas o en peligro de extinción debido a la alteración o pérdida de sus hábitats. Este problema repercute hasta en un 87 por ciento de las especies, mientras que la caza ilegal afecta al 29 por ciento de las aves y, finalmente, la contaminación y desastres naturales originan el 10 por ciento de especies amenazadas, alerta la organización BirdLife International.
Al respecto, las políticas de conservación de aves en México no han dado los resultados esperados al colocarse en el noveno sitio de la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés), ya que actualmente existen 62 especies de aves en el país bajo la categoría de amenaza o en peligro de extinción.
La información que existe en México es insuficiente, tanto en la situación y tendencias de la población aviar como en lo relativo a inventarios, monitoreos y gestiones, señaló en entrevista para Teorema Ambiental el director de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Tecnológico de Monterrey, campus ciudad de México, Omar Rojas García.
No obstante esta situación, se trabaja en leyes sobre su cuidado, pero los resultados no son tan inmediatos ni tan palpables. El problema es que hay muchas formas de lucrar con las aves y existe una gran mafia atrás del tráfico de las mismas. A esto se añade la pérdida de ecosistemas y la falta de educación informativa que sensibilice a las poblaciones que cohabitan en estos ecosistemas, agregó el investigador Omar Rojas.
En este sentido, recomendó que la preservación de aves en México debe dirigirse a la planeación ecorregional, el ordenamiento ecológico y programas de desarrollo comunitario con planes de manejo para la conservación de áreas protegidas; así como unidades de aprovechamiento de vida silvestre que permitan impulsar los programas de recuperación.
A lo largo y ancho del territorio nacional se distribuyen aproximadamente mil 100 especies de aves, muchas de las cuales son endémicas. Algunas de ellas se encuentran confinadas a islas, pequeños espacios serranos o hábitats desérticos, de acuerdo con los datos presentados por Pronatura México, organización que ha implementado diversos proyectos de investigación aplicada a la conservación de aves residentes y migratorias.
Por otra parte, uno de los proyectos de conservación de aves y otras especies que se está impulsando a escala internacional y se busca desarrollar en territorio nacional, es el contar con bancos de germoplasma de biodiversidad.
Un ejemplo de ello es el establecido en el Zoológico de San Diego, Estados Unidos, el más grande banco de germoplasma del mundo orientado a la preservación de cientos de especies que hoy se encuentran en peligro de extinción.
Este hecho, que hace tan solo unas décadas era considerado ciencia ficción, es ahora una de las últimas barreras contra las extinciones que ha provocado el hombre. Algunos especialistas han nombrado a esta problemática “la tercera gran extinción”, siendo la primera el meteorito que extinguió a los dinosaurios, seguido de las glaciaciones, y ahora el hombre, en un periodo que no rebasa más de 500 años de industrialismo, se ha encargado de aniquilar a miles de especies.
En entrevista, Oliver Ryder, director de investigación genética del Instituto de Conservación del Zoológico de San Diego, indicó que conservar una colección de material genético de diversas especies facilita las actividades de investigación, y ayuda a comprender mejor la biología como evolución de la especie y así contribuir al rescate genético mediante el acceso a las células.
Expuso que esta institución cuenta con el “Frozen Zoo”, instalación de salvaguarda de material genético, que cada vez ha ido en aumento en su recaudación de germoplasma; parte de este funcionamiento se realiza mediante el uso de diversos materiales como incubadoras para el cultivo de células, una cabina de bioseguridad y de otros equipos tecnológicos que permiten conservar más de 10 mil células congeladas de animales vertebrados.
En México, el Zoológico de Chapultepec, con el Laboratorio de Genómica de Conservación y Biobanco de Tejidos y Germoplasma, busca no solamente preservar las especies que ya están en sus instalaciones, sino incorporar otras.
Fuente: Teorema Ambiental, imagen
