En la actualidad solo es localizable en cautiverio en el Zoológico de Chiapas, así como en el Aviario El Nido, en el Estado de México, y se desconoce el número de especímenes que quedan en libertad
Ciudad de México.— El simbólico penacho de Moctezuma, que emana y preserva su belleza, basa su porte y elegancia en su plumaje que proviene de una de las aves más bellas del mundo: el quetzal, ave de plumas coloridas, cuyo nombre científico (Pharamachrus mocinno) significa “garganta grande”. Esta especie fue considerada sagrada por las civilizaciones prehispánicas.
Es originaria de los bosques de niebla de México, Guatemala, Costa Rica y Panamá, actualmente se encuentra catalogada en peligro de desaparecer por la UICN.
Ante esta situación, desde hace años se trabaja en su conservación. En la actualidad solo es localizable en cautiverio en el Zoológico de Chiapas, así como en el Aviario El Nido, en el Estado de México, y se desconoce el número de especímenes que quedan en libertad.
Con base en las investigaciones del finado biólogo Jesús Estudillo, se ha logrado su reproducción y preservación en cautiverio. El investigador descubrió que esta especie era renuente a reproducirse y moría joven al encontrarse en cautiverio, ya que no contaba con la presencia cercana de flores de bromelias y helechos, originarios de Chiapas, que sirven de fuente de agua para esta ave, a falta de líquidos no podía desechar todo el hierro que adquiría por su dieta y fallecía a temprana edad. En los últimos cuatro años han nacido de cinco a seis crías en Chiapas y el Estado de México.
El quetzal, que en náhuatl se pronuncia quetzalli y significa “cola larga de plumas brillantes”, es una especie de gran riqueza biológica e importancia cultural para México. Verla volar libre, majestuosa y colorida en su hábitat natural sería uno de los mayores logros de conservación y reintroducción en nuestro país.
Fuente: Teorema Ambiental, imagen
