Pese a su aspecto poco agradable y a los mitos que se han generado en torno a su figura, el murciélago es una de las especies animales más maravillosas del planeta y aliado indispensable en la vida del hombre.
De acuerdo con el titular del Departamento de Ecología de la Diversidad, del Laboratorio de Conservación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rodrigo Medellín, son tres los principales beneficios de este quiróptero insectívoro y hematófago.
El primero de ellos es que controla plagas en el campo, pues a pesar de que los agricultores por lo general no se dan cuenta de ello, existen millones de murciélagos que se alimentan de toneladas de insectos. Se calcula que cada millón de estos mamíferos voladores nocturnos consumen aproximadamente diez toneladas de plagas.
Esta especie, que contribuye también a la polinización, está en peligro de desaparecer, advirtió el referido investigador de la UNAM, quien dijo que en el norte de América es alarmante esta situación, porque de extinguirse, se perdería de igual forma una tercera parte de la dieta nacional.
El tercer beneficio, comentó el especialista en una entrevista concedida a la revista Quo, es la dispersión de las semillas de plantas pioneras, dos a cinco por noche, más de lo que realizan las aves.
A ese respecto, la UNAM creó en 1994 un programa de conservación en coordinación con la Comisión de Áreas Naturales Protegidas a fin de establecer un cerco que asegure el futuro de esta especie.
Otra característica de estos quirópteros, es que vuelan mejor que las aves al tener la capacidad de adelgazar o engrosar sus alas.
Proveniente de un grupo de musarañas arborícolas de hace 65 o 70 millones de años, las alas de los murciélagos son manos convertidas, cuya piel está extendida y adelgazada para volar.
De acuerdo con la historia de México, los antepasados prehispánicos respetaban a esta especie, pues les significaba abundancia y felicidad. Los mayas, por ejemplo, tenían el mes Zotz (octubre), dedicado a ellos por ser el de las cosechas.
No obstante, Medellín explicó que el mito de Drácula tiene su origen en la Edad Media cuando se hablaba de que un muerto revivía en las noches para chuparles la sangre a sus víctimas, sin que hubiera vínculo con los murciélagos.
Cuando llegaron los españoles a Veracruz, los murciélagos hematófagos se dieron un banquete con la sangre de los caballos, situación que el cronista Bernal Díaz del Castillo relató en su libro La historia de la conquista.
Ya en el siglo XIX, el escritor británico Bram Stoker basó su célebre novela Drácula en este animal americano y a partir de entonces comienza una erosión de lo que era una muy respetable porción de la biodiversidad.
Parte del problema es que hasta antes de la llegada de los españoles, los murciélagos hematófagos eran relativamente raros, porque sólo se alimentaban de la sangre de animales que a su vez eran escasos (tapires, jabalíes, venados), pero cuando los españoles llegaron con caballos y vacas, es como si les hubieran puesto la mesa.
De esta forma, agregó Medellín, de la noche a la mañana la población de murciélagos creció y hasta la fecha Guerrero es el estado donde abundan estos chupadores de sangre, por lo que se implementará un programa de control poblacional que permita la reproducción y conservación del ganado y supervivencia de los murciélagos.
Fuente: EFE
