Desde la perspectiva de la competitividad turística, México basa su potencial en los recursos naturales y el patrimonio cultural, así como su infraestructura
Si bien el turismo es uno de los principales motores de la economía en México, existe una desvinculación con las comunidades locales, pues varios destinos turísticos tienen solo empresas con inversiones internacionales, por lo que es necesario trabajar para revertir tal situación, según la especialista Pricila Sosa Ferreira.
Más que una actividad económica, el turismo conforma un sistema en el que confluyen diferentes actividades, como el transporte, el comercio o la industria de la construcción, y por ello puede tener impactos tanto negativos como positivos en una comunidad. Para que el turismo represente beneficios económicos y sociales hacia las comunidades locales, se tiene que desarrollar de una manera planeada y con objetivos de sostenibilidad, dijo Sosa Ferreira, de la Universidad del Caribe, en el marco de 2017 Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
Un ejemplo de los impactos negativos del turismo, apuntó, es el aumento de los precios a causa de la ley de la oferta y demanda, lo cual afecta directamente a la comunidad local de un destino turístico.
“En destinos internacionales, como es el caso de Cancún, en diversos estudios se ha registrado que los hoteles y las empresas prestadoras de servicios turísticos adquieren cerca del 90 por ciento de sus insumos de fuentes no locales, lo que provoca que las ganancias salgan del lugar y no signifiquen una mejora en la calidad de vida de las personas”, resaltó la especialista.
Por el contrario, si desde el principio existe planeación y gestión turística, se propicia que los abastecedores de insumos para el turismo sean locales y con ello se fortalecen las cadenas productivas. “Este es el mecanismo más seguro para generar, a partir del turismo, recursos monetarios y empleos bien remunerados para la población de una comunidad”, apuntó Pricila Sosa.
Una opción es el turismo sostenible, entendiéndose como un modelo de desarrollo, que, si bien supone una economía de libre mercado, tiene objetivos igual de relevantes acerca del respeto a la cultura local y la conservación de los recursos naturales.
