Biodiversidad

Clausuran dos aserraderos ilegales en Tlalpan

La Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, logró la clausura de dos aserraderos que operaban de manera clandestina en los poblados de San Miguel y Santo Tomas Ajusco, Delegación Tlalpan.

Además, en Topilejo se clausuró una bodega con productos maderables de procedencia ilícita, lográndose el aseguramiento de más de 350 metros cúbicos de madera ilegal.

Ante la fuerte presión que sufre la zona del Ajusco, Delegación Tlalpan, por la presencia de grupos organizados que se dedican a la tala ilegal de producto maderable y cuentan con 16 aserraderos clandestinos, la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal ha realizado una serie de operativos, dentro del ámbito de sus atribuciones, para clausurar aserraderos que operan de manera clandestina.

Si bien la extracción de producto maderable de manera ilegal es un delito de competencia federal, la Secretaría del Medio Ambiente realiza recorridos de vigilancia en el marco de su competencia y coordina acciones con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para actuar sobre esta conducta delictiva, con el propósito de frenar este fenómeno que lleva varios años en la citada demarcación.

De manera complementaria a estas acciones la Secretaría del Medio Ambiente ya está en el proceso de acreditación de inspectores ante Profepa, con la finalidad de ampliar su campo de vigilancia y contar con las facultades necesarias para realizar operativos en sitios estratégicos, tanto para detener vehículos con cargamentos de madera como para asegurar el producto, en caso de que sea ilegal.

Con esta acreditación de inspectores se logrará combatir otros ilícitos como la extracción ilegal de tierra, la disposición ilegal de cascajo y las construcciones no autorizadas en suelo de conservación.

La Secretaría del Medio Ambiente intensificará los operativos en el Ajusco, ya que se presume que en la zona operan 16 aserraderos clandestinos, de los cuales se tienen ubicados seis, que se espera clausurar en las siguientes semanas.

Se ha logrado detectar que los grupos que se dedican a la tala ilegal provienen de poblados diferentes, y generalmente utilizan el mismo esquema de operación, lo que permite presumir que se trata de delincuencia ambiental organizada. Para cometer este ilícito utilizan camionetas pick-up, camionetas de tres toneladas y media y camiones rabones de 12 toneladas; las primeras para realizar rondines sobre el circuito Picacho-Ajusco y detectar la presencia de la autoridad, así como para ingresar a la zona de tala y hacer los derribos. Las camionetas de tres toneladas y media y los camiones rabones se emplean para cargar la troza resultante.

Posteriormente y antes de salir con el cargamento preguntan a quienes circulan por la zona si hay vigilancia con el fin de deshacerse de la carga en caso necesario.

Se cree que más de 80 por ciento de la tala clandestina la realizan durante la noche, mientras que en el día se realiza el transporte y procesamiento de los árboles en aserraderos clandestinos. En la zona del Ajusco la tala clandestina se da por encargo, afectando principalmente los árboles de pino.

Fuente: Teorema Ambiental

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