Biodiversidad

“Anfibium, Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios” cumple su primer aniversario en Zoológico de Chapultepec

  • Los ajolotes son organismos capaces de regenerar partes de su cuerpo y se consideran los embajadores de la vida silvestre en los humedales de la Ciudad de México

Teorema Ambiental/Redacción

La Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, conmemoró el primer aniversario del “Anfibium Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios”, con el cual se marca un año de compromiso continuo con la conservación de las especies y la educación ambiental.

Desde su inauguración, en enero del año pasado, el museo ha desempeñado un papel fundamental en la conservación de los anfibios, especialmente del icónico axolote de Xochimilco (Ambystoma mexicanum), embajador de la vida silvestre de la Ciudad de México.

Los anfibios enfrentan numerosas presiones, como la pérdida y degradación de sus hábitats, las enfermedades y la contaminación de su hábitat por el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas. La drástica disminución de sus poblaciones los ha llevado a ser el grupo de vertebrados más amenazado a escala mundial, el decremento o, en el peor de los casos, la extinción de una o más especies de anfibios representa una irreparable pérdida, incluyendo los servicios ecosistémicos relacionados con estas especies, los cuales contribuyen a un medioambiente sano para el propio ser humano y para todas las especies con las que lo compartimos.

Es por eso que, durante este primer año, el Anfibium ha logrado avances significativos en sus programas de conservación, contribuyendo a que sus visitantes conozcan a cinco de las 17 especies de ajolotes que habitan en México, de las cuales 16 son endémicas, es decir, se distribuyen exclusivamente en el país.

La dedicación del equipo de expertos del Centro de Conservación de la Fauna Silvestre de Chapultepec ha permitido la reproducción exitosa del axolote de Xochimilco, del ajolote de Pátzcuaro (Ambystoma dumerilii) y del ajolote de Zacapu (Ambystoma andersoni).

A lo largo de este año de trabajo continuo, el Anfibium ha fortalecido sus lazos con la comunidad, a través de actividades, charlas y talleres educativos. La participación activa de la comunidad ha sido fundamental para fomentar la conciencia sobre la importancia de preservar a los anfibios y sus hábitats, que incluyen los humedales de la Ciudad de México.

En ese sentido, los axolotes de Xochimilco son excelentes embajadores o representantes de la fauna silvestre de estos humedales, además de que su conservación beneficia a más de 130 especies de vertebrados que comparten el mismo hábitat, por lo que se les considera también una especie “paraguas” o “sombrilla” que ayuda a proteger el entorno de muchas otras especies silvestres de la Ciudad de México.

Los estudios que se llevan a cabo en laboratorios que apoyan las actividades del Anfibium, como el laboratorio de Genómica para la Conservación de los Zoológicos de la Ciudad de México, han contribuido a la comprensión de las amenazas que enfrentan los anfibios, incluyendo estrategias innovadoras para la detección del hongo Batrachochytrium dendrobatidis, el cual representa una amenaza para las poblaciones de anfibios en el país y en todo el mundo.

El Anfibium, Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios ha recibido a 454 942 visitantes provenientes de la Ciudad de México, del interior de la República y de diferentes países durante este primer año; asistentes que se han asombrado, han aprendido y se han enamorado de estos anfibios tan importantes para la ciudad y el país.

Fotografía: Sedema

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