Agua

Las microalgas, otra alternativa contra la contaminación en los océanos y la atmósfera

  • Son organismos capaces de alimentarse hasta por el triple de su peso en contaminantes de la atmósfera, por lo que existen investigadores que buscan aprovechar sus capacidades

Teorema Ambiental/Redacción

Las microalgas, definidas como microorganismos microscópicos de entre 2 y 200 micrómetros (μm), es decir, la milésima parte de un milímetro, son organismos unicelulares capaces de convertir la luz solar, los nutrientes y el dióxido de carbono (CO2) en valiosas biomoléculas. Pero además juegan un papel fundamental para el medioambiente, ya que son altamente eficientes en la fijación de CO2 y para utilizar la energía solar para producir biomasa.

Además, están presentes en todos los cuerpos de agua del planeta: lagos, mares y ríos, pero también en el suelo y la mayoría de ecosistemas terrestres incluso en los más extremos, ya que además han desarrollado capacidades de adaptación para una gran cantidad de condiciones y para sobrevivir solo precisan CO2, nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y otros nutrientes menores como metales, esenciales del metabolismo de las microalgas.

Mientras que para el medioambiente, son capaces de alimentarse hasta por el triple de su peso en contaminantes de la atmósfera, por lo que a escala mundial existen algunos investigadores que buscan aprovechar sus capacidades para remediar zonas altamente contaminadas por residuos industriales.

De hecho, utilizan compuestos que resultan contaminantes para un ecosistema como nutriente y un acelerado proceso de reproducción, con el que son capaces de aumentar el volumen de su cultivo hasta cinco veces en un solo día, logrando así grandes cantidades de biomasa.

Una de ellas es Clean Energy, empresa liderada por mujeres en Chile que trabaja con estos organismos para capturar gases y evitar la contaminación en zonas industrializadas. Su directora, Andrea Irarrázaval, explica que desde hace casi dos décadas han trabajado en una tecnología para capturar gases contaminantes desde el aire por medio de microorganismos vivos y que a cambio obtienen “energía, alimentos y fertilizantes” amigables con el ambiente.

“Nosotros intervenimos los ductos de gases antes de que lleguen a la chimenea y con esos gases, alimentamos las algas. Les damos los nutrientes suficientes para que se puedan multiplicar y realizar su fotosíntesis como cualquier otro organismo, pero a nuestra manera, para que haya un crecimiento exponencial y un mayor consumo de gases”, detalla la directora.

Este procedimiento, aunque parece simple, permite reducir la contaminación y producir “oxígeno que se libera a la atmósfera”.

En una siguiente etapa, la empresa busca dirigirse a las grandes ciudades altamente contaminadas como Shanghái, Ciudad de México, Santiago de Chile o Bogotá. Para ello, han diseñado una tecnología denominada “árboles capturadores”, que son una especie de árbol, de cuatro metros de altura, con la capacidad de absorber aire contaminado para producir biomasa, que a su vez se utiliza para reacondicionar los suelos que también están contaminados.

Su tecnología ha sido probada en plantas de cemento, de petróleo y termoeléctricas de gas natural y carbón, todas ellas, “grandes contribuyentes” a la crisis climática. Por ello, la empresa fue una de las 400 compañías no europeas que participan en la Cumbre Mundial de Emprendimiento (GES), de La Haya que se celebró en 2019.

Andrea Irarrázaval señala que esta tecnología está patentada en 38 países y en ese año la ONU la nombró “proyecto descontaminante” a través de “algas utilizadas como biofiltro”, aunque en ese tiempo todavía era considerada una empresa emergente muy pequeña, también buscó crear alianzas con empresas que trabajan en la reducción del uso de plásticos en el océano.

Consulta el artículo completo en nuestra edición noviembre-diciembre de 2023 de Teorema Ambiental

Fotografía: pxhere.com

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