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200 hectáreas menos de manglares en La Paz

La llamada Norma Oficial Mexicana 022, de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cobra otra víctima. En esta ocasión los años de deterioro y descuido aunado a los asentamientos urbanos y la construcción de complejos turísticos devastaron más de 200 hectáreas de manglares en La Paz, Baja California Sur.

Desde noviembre de 2004, el grupo Greenpeace de México y otras organizaciones ecologistas advirtieron sobre la puesta en práctica de la Norma Oficial Mexicana que en su modificación, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 7 de mayo de 2005, dice:

“La prohibición de obras estipuladas en los numerales 4.4 (introducir especies exóticas) y 4.22 (construcción de infraestructura acuícola en áreas cubiertas de vegetación) y los límites establecidos en los numerales 4.14 (construcción de vialidades… que deberán dejar una franja de 100 metros) y 4.16 (la infraestructura urbana… deberá dejar una distancia mínima de 100 m respecto al límite de la vegetación, en la cual no se permitirán actividades productivas) podrán exceptuarse siempre que en el informe preventivo o en la manifestación de impacto ambiental, según sea el caso, se establezcan medidas de compensación en beneficio de los humedales y se obtenga autorización de cambio de uso de suelo correspondiente.”

Esto pone en riesgo todo el ecosistema que constituyen los manglares, donde habitan diversas especies de peces, mamíferos y anfibios.

En este mes, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y la asociación Ciudadanos Preocupados por el Medio Ambiente denunciaron la devastación de 200 hectáreas en la zona conocida como El Esterito, El Araiza, Pichilingue y El Conchalito, sitios donde los asentamientos urbanos y la proliferación de hoteles poco a poco mermaron la biodiversidad.

Ahora el riesgo es que en La Paz la depredación avance hacia la zona de El Mogote, franja de tierra frente a la ciudad que divide a la bahía y donde se tiene pensado construir villas, habitaciones, condominios y desarrollos de gran magnitud.

En estas zonas hay aproximadamente 150 hectáreas de manglares y ecosistemas de enorme fragilidad que, sin embargo, representan el espacio que sirve de base para la reproducción de cientos de especies de mamíferos, peces e invertebrados, con lo cual se genera el riesgo de un impacto de gran magnitud para el mar de Cortés.

Como hecho paradójico, el principal atractivo turístico de estas zonas es su paisaje, por la combinación de vegetación y la costa del océano Pacífico, pero con la destrucción de los manglares no sólo la flora y la fauna están en riesgo.

Otras zonas de riesgo son Cancún, Quintana Roo; Manzanillo, Colima, y Mazatlán, Sinaloa.

Fuentes: El Universal, Secretaría de Gobernación

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