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La vulnerabilidad base para la gestión de Riesgos y de desastres volcánicos

En el caso de los volcanes, entre menos tiempo tenga un volcán de presentar algún tipo de manifestación, mayor es su probabilidad de que  tenga  material en su interior y por lo tanto el potencial de presentar erupciones en cualquier momento.

Milagros Díaz López

México D.F.- La Dra. Alicia Martínez Bringas, Coordinadora de riesgos geológicos en el país dijo que es necesario tener claridad en la gestión de riesgo y la gestión de desastres en cuanto a Volcanes se refiere, en el marco de la semana de las Geociencias del Instituto Politécnico Nacional.

La Dra. Bringas informó que en el mundo existen alrededor de 1300 volcanes continentales activos. De estos 550 han tenido alguna erupción en tiempos históricos. Los volcanes activos mantienen una tasa eruptiva global de 50 a 60 erupciones por año y en promedio, existen en todo el mundo 20 volcanes en actividad en distintos puntos del globo.

En el caso de los volcanes, entre menos tiempo tenga un volcán de  presentar algún tipo de manifestación, mayor es su probabilidad de que tenga mayor material en su interior y por lo tanto  el potencial de presentar erupciones en cualquier momento.

En cambio, los volcanes activos mantienen una tasa eruptiva con 50 0 60 erupciones por año en promedio, y en todo momento existen aproximadamente 20 volcanes en actividad, en diferentes partes del mundo.
Se sabe que los volcanes no se forman arbitrariamente en cualquier parte de la superficie terrestre, sino que se forman asociados a los procesos tectónicos. Es por esta razón que el riesgo y todos los factores de riesgo están continuamente presentes.

La Coordinadora de riegos geológicos asegura que para emprender una gestión de riesgo es necesario establecer un conjunto de elementos, medidas y herramientas dirigidas en la intervención de la vulnerabilidad, con el fin de mitigar o reducir los riesgos existentes. Su éxito reside en evitar o reducir la pérdida de vidas, los daños sobre los bienes y el ambiente y su consecuente impacto social y económico.
Cabe mencionar que gestión de riego es un concepto distinto al de gestión de desastres. El primero se refiere a los aspectos de prevención y el segundo a los aspectos de reacción ante la ocurrencia de un desastre.

Por lo tanto, en la gestión del riesgo volcánico es requerido identificar el riesgo, lo que significa comprender cómo se percibe, cómo se representa (modelos, mapas, índices, etc.) Y como se mide o se dimensiona.

Se debe tener claro que los desastres,  que se han originado por la actividad volcánica, son mucho menos frecuentes que los que se han originado por todos los demás fenómenos, principalmente huracanes, o sismos. Y esta misma característica provoca que nuestra percepción sea vaga, de lo que realmente representa el riesgo volcánico y por consiguiente eleva los costos en vidas y en daños  puedan llegar a ser muy altos.
De la estimación de los peligros es posible diseñar las medidas de preparación y prevención que permitan reducirlos o evitarlos debido a la falta de preparación.

En el pasado, las poblaciones tenían que reaccionar ante los desastres y sus consecuencias. Aún en este nuevo siglo, en menor grado, pero esto sigue ocurriendo. Los altos costos de vidas humanas y de recuperación hace que la sociedad demande una reducción más efectiva de los desastres. Para ello es necesario investigar sobre su naturaleza. Esto sitúa a los desastres volcánicos y todos los demás,  como objetivos de estudio de la ciencia.

Algunos eventos recientes muestran que los desastres tienen diversas causas, en adición al fenómeno mismo, sino por la alta vulnerabilidad que están presentando las poblaciones. Como ejemplo están algunos casos de desastres que se han originado por una incomprensión de la naturaleza y de las manifestaciones destructivas de los fenómenos naturales.

Las personas no saben que puede pasar.  O por un subestimación de la probabilidad de que esas manifestaciones ocurran, creen que nunca va a pasar. Esto en general se traduce en la ausencia o en la desestimación de escenario de riesgo.

En otros casos las medidas preventivas que aparentemente se imaginaban efectivas o suficientes, sin embargo  no se imaginaban los escenarios posibles. Esto ofrece una falsa idea  de crecimiento que queda  expuesta al especular un impresión de seguridad.

También no existe la conciencia de una alta vulnerabilidad. Esto equivale a una subestimación del riesgo. O bien, el peligro (probabilidad) se subestima o se desconoce.

Entonces el riesgo y sus factores, todo el tiempo están presentes en la sociedad. Sin embargo se puede intervenir en el único factor palpable que es la vulnerabilidad. Por un lado el peligro es la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno volcánico destructivo, por el otro está la Vulnerabilidad  que es la probabilidad con un porcentaje esperado de daño, en dónde los dos se juntas se puede encontrar el riesgo. De tal forma que si se considera la Vulnerabilidad se puede reducir considerablemente el riesgo.

Aquí aparece la preparación que equivale al estado de conciencia, percepción, alertamiento capacidad de respuesta y reacción de la sociedad ante una amenaza derivada de un fenómeno volcánico.

Al estar preparados se comprenderá el fenómeno destructivo, se podrá establecer comunicación de la información precisa y necesaria entre los sectores involucrados, se construirán factores reactivos y estructurales de reducción de vulnerabilidad y se podrá elaborar una marco jurídico que defina responsabilidades para la prevención del desastre.

Teorema Ambiental

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