- Analista de IDC reveló que la transición energética podría eliminar 6 millones de trabajo para 2050 y crear 11 millones de nuevos empleos
Teorema Ambiental/Redacción
“La instalación de sistemas de almacenamiento de energía mediante baterías en la Unión Europea se triplicará para 2026, esto es 700 000 baterías que se instalarán cada año; mientras que la cantidad de paneles solares en Estados Unidos se duplicará para 2030”, aseguró Gaia Gallotti, directora de Energy Insights en IDC, durante la segunda edición del Baufest Digital Utilities Summit.
En el evento virtual, realizado por Baufest —consultora internacional dedicada a evolucionar los negocios de grandes empresas con un enfoque que integra la tecnología y las personas—, la experta de IDC comentó que empresas del sector energético se enfrentan a diversos desafíos como la incertidumbre económica y la falta de mano de obra. Además, hay un cambio de percepción, ya que los usuarios de energía antes se consideraban consumidores y ahora son clientes.
“En términos reales la transición energética podría eliminar seis millones de trabajo para el 2050 y crear 11 millones de nuevos empleos. Para ello, la transición requiere de tres pilares: el primero es la eficiencia energética que ayuda a los clientes a poder liderar con los precios en alza y porque hace que sea menos costoso y más fácil tener seguridad energética; el segundo es la electrificación y el tercero la descarbonización. Estos procesos implican nuevos activos que van a tener que ser instalados y gestionados por diferentes empresas”, señaló Gaia Gallotti.
Asimismo, indicó que el rol de los consumidores y de los gobiernos que buscan tener energías limpias mediante la electrificación, ha llevado a las utilities (empresas de servicio público) a ser más descentralizadas y descarbonizadas, lo que también representa un desafío. Sin embargo, “los retos a los que se enfrentan las utilities las ha impulsado a invertir a tener mayor visibilidad, a monitorear las capacidades y tener mayor control mediante la proliferación de sensores, comunicaciones y computadoras que son parte de la red energética. Sin estas tecnologías no sería posible llegar a eso y según la Agencia Internacional Energética, las utilities en todo el mundo han invertido más del 50 por ciento de sus gastos en tecnologías e infraestructura”, agregó la directora de Energy Insights en IDC.
Respecto a la importancia de direccionar los esfuerzos a escala internacional para acelerar la transición energética, Gaia Gallotti mencionó que la pandemia global y la guerra con el proveedor principal de energía, hicieron que las empresas de utilities se dieran cuenta de la importancia de la independencia energética.
“Además, hoy sabemos que la transición energética no solo se trata de un propósito ambiental y una disciplina financiera, sino que es una emergencia económica y social. Según la Agencia Internacional Energética, sin la capacidad solar y eólica que tenía Europa entre 2021 y 2023 los costos de la electricidad hubieran sido mil millones de veces más altos que en esos años, por la guerra y la baja de la energía hidráulica y nuclear, de tal manera que la sustentabilidad es buen negocio”, subrayó.
Por su parte, Claudio Bulacio, gerente de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA), aseguró que todas las distribuidoras están a favor de la transición energética, por lo que actualmente se encuentran trabajando en ello, al mismo tiempo que las redes están en proceso de readaptación a la demanda para reforzar el sistema eléctrico.
“Estamos viendo cambios importantísimos en este sector donde antes la energía se generaba fuera de las áreas de consumo, se transportaba y nos encargábamos de llevarla a cada casa. Ahora la nueva tecnología permite que el usuario pueda ser su propio generador, tener movilidad eléctrica y vender su eventual excedente a la red”, apuntó Claudio Bulacio.
Fotografía: Baufest