Contaminación

Australia multará por contaminar a empresas

Alrededor de 500 compañías, incluyendo fabricantes de acero y aluminio, pagarían una tasa de 23 dólares australianos por tonelada de carbono desde el próximo año

Canberra.- Australia es el peor emisor de gases con efecto invernadero per capita del mundo desarrollado por su fuerte dependencia del carbón para la generación de electricidad.

Por esa razón el gobierno Australiano develó una reforma económica con un plan para gravar las emisiones de carbono de las firmas más contaminantes del país, reviviendo la esperanza de una acción global más enérgica sobre el cambio climático con el mayor programa de comercio de C02 fuera de Europa.

La primera ministra Julia Gillard dijo que 500 compañías, incluyendo fabricantes de acero y aluminio, pagarían una tasa de 23 dólares australianos (24,70 dólares) por tonelada de carbono desde el próximo año, que se elevará un 2,5 por ciento cada año, pasando a un plan de derechos de emisión en 2015.

«Es el momento de proseguir con esto, vamos a conseguir hacerlo», dijo Gillard tras una difícil batalla para lograr apoyo político a la reforma, que polarizó a votantes y empresas. Antes de que termine el año está prevista una votación parlamentaria sobre el programa.

El Partido Laborista de Gillard, que depende del apoyo de los Verdes e independientes para una mayoría de un escaño en la Cámara baja, arriesga mucho con el proyecto. Su popularidad se ha hundido a mínimos récord por el programa.
Tras develar los detalles después de meses de espera, Gillard intentará ahora convencer a los votantes opuestos al plan antes de una votación parlamentaria.

«Es absolutamente crítico que el Gobierno lo venda con eficacia», dijo Tony Wood, director del programa de energía en el Instituto Grattan, un grupo de expertos en política.
Las acciones del sector textil y de energías limpias australianas posiblemente estarán entre las ganadoras, y las aerolíneas y mineras entre las perdedoras del plan, pero analistas dijeron que los mercados financieros en general se tomarán la reforma con calma.

El plan aspira a reducir las emisiones nacionales en un 5 por ciento con respecto a los niveles de 2000 para el 2020, lo que significaría un recorte de unos 160 millones de toneladas.

El paquete tiene un amplio apoyo de Verdes e independientes, aunque algunos legisladores dijeron que era necesario aplicar medidas extra para proteger a productores de acero y los empleos en la vital industria del carbón.
El Parlamento rechazó anteriormente dos veces los intentos por tasar el carbono en 2009 y cualquier nuevo revés en la votación prevista para octubre amenazaría seriamente al Gobierno de Gillard.

Fuente: El Financiero en línea

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