Aunque ya había ocurrido este tipo de fenómeno en la capa de ozono del océano Ártico, esta fue la primera ocasión que los científicos se refirieron a un agujero de ozono real en la región
Teorema Ambiental/Redacción
París, 1 de mayo de 2020.— A fines del mes de marzo, científicos del Servicio Copérnico de Monitoreo Atmosférico (CAMS) detectaron por primera vez una gran brecha de tamaño sin precedentes sobre el Polo Norte, con una extensión máxima cercana a 1 millón de kilómetros cuadrados, según estimaciones de la Agencia Espacial Europea a inicios de abril.
Sin embargo, el extraño fenómeno se cerró tan intempestivamente como surgió, a partir del 23 de abril.
Aunque ya había ocurrido este tipo de fenómeno en la capa de ozono del océano Ártico, esta fue la primera ocasión que los científicos se refirieron a un agujero de ozono real en la región.
La CAMS dijo que el agujero fue causado por condiciones climáticas inusuales sobre el Ártico, cuando fuertes vientos atraparon aire frío sobre las capas heladas del Polo durante varias semanas seguidas y se creó un fenómeno denominado “vórtice polar”, una fuerza poderosa que gira sobre sí misma y genera suficiente impacto, que abrió un agujero en el ozono de la estratósfera.
Posteriormente se dividió en dos, permitiendo la entrada de aire rico en ozono al Ártico y el hueco se cerró debido a una ola de calor registrada en la región durante los últimos días, con temperaturas de hasta 20 ºC.
Sin embargo, los científicos explicaron que este fenómeno no tuvo relación con el parón de actividades por la contingencia sanitaria del COVID-19, sino por un fenómeno climatológico denominado vórtice polar inusualmente fuerte y de larga duración.
Los científicos del CAMS indicaron que fue consecuencia “del gran problema del agotamiento del ozono, y se cerró debido a los ciclos anuales locales, no a una curación a largo plazo”. Pero agregaron que los daños provocados por la humanidad a la capa de ozono se están revirtiendo, aunque lentamente.
También advirtieron que si bien el agujero sobre el Ártico se está cerrando, los científicos dicen que podría abrirse nuevamente si las condiciones lo favorecen.
En el Polo sur, en los últimos 35 años ha habido un agujero mucho más grande abriéndose anualmente. Aunque su tamaño varía de año en año, los científicos señalan que hay una mejoría desde que se prohibió el uso de CFC (clorofluorocarbonos) en 1996, pero no se espera que se cierre en el corto plazo.
Los CFC son productos químicos utilizados en la fabricación de aerosoles, espumas, solventes y refrigerantes.
Según la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés), el agujero en la Antártida se ha reducido entre 1 y 3 por ciento por década desde 2000. En 2019 se presentó el agujero más pequeño registrado y se espera que cierre por completo hasta 2050.
La mayor parte de la capa de ozono de la Tierra se ubica entre 10 y 40 km sobre la Tierra, en la estratosfera, y es uno de los escudos más efectivos contra los rayos dañinos del sol, la radiación ultravioleta.
Un agujero en este escudo podría afectar la velocidad de fusión del hielo, aumentar la presión sobre el sistema inmunitario de los organismos vivos y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel y cataratas para los humanos.