Agua

México tendrá en 20 años poca agua y contaminada

La creciente contaminación y sobreexplotación de los recursos hídricos en México podría generar que en menos de dos décadas la mayor parte del país sea considerada foco rojo, debido a la escasez del líquido y la concentración de altos índices de contaminantes, alertan especialistas e investigadores.

A pesar de que cifras oficiales calculan que se trata 26.5 por ciento de las aguas residuales industriales y 32 por ciento de las domésticas, «este porcentaje podría ser mucho menor, incluso de sólo 10 por ciento», aseguran.

En México, advierten, se carece de una adecuada política nacional para el procesamiento de aguas contaminadas, pues prevalece “el viejo modelo de megaplantas, que resultan muy costosas y no siempre ofrecen los mejores resultados”.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), actualmente operan en el país 1,077 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales, 1,448 de aguas residuales industriales, 439 potabilizadoras y 120 desaladoras.

No obstante, de los 373.5 metros cúbicos por segundo de líquidos residuales que se generan, en plantas municipales sólo se procesan 60,242 litros por segundo -de una capacidad instalada de 84,331 litros por segundo-, en tanto que, en el caso de las aguas residuales industriales, sólo se tratan 26.23 metros cúbicos por segundo, con una capacidad instalada para 34.30 metros cúbicos por segundo.

Mónica Meraz Rodríguez, especialista en tratamiento de aguas residuales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, afirma que la falta de inversión pública en la materia y de capacitación de los operarios de las plantas “alienta que en muchos casos trabaje por debajo de su capacidad, o que de plano no trabajen, porque no cuentan con las condiciones mínimas para su operación”.

Y ante las opciones planteadas por grupos de investigadores para frenar el deterioro de caudales contaminados y emprender labores de recuperación, señala, “nos enfrentamos a la falta de credibilidad que existe en las autoridades responsables para aplicar la tecnología desarrollada por científicos mexicanos, pues muchas veces prefieren invertir a precios muy elevados en tecnología extranjera, que suele generar una dependencia de muchos años al necesitar equipos y especialistas para capacitar a los operadores”.

En abril de 2005 la misión permanente de México ante Naciones Unidas determinó que el rezago en infraestructura y aplicación de tecnologías adecuadas para el manejo de aguas residuales en la región “requiere de acciones urgentes para hacerle frente no sólo con las tecnologías tradicionales, sino también con tecnologías alternas y más eficientes”.

Empero, “subsiste un desconocimiento de los funcionarios sobre la importancia de impulsar estas acciones y no permitir que continúe incrementándose el porcentaje de aguas residuales no tratadas”, destaca Óscar Monroy Hermosillo, rector de la UAM-Iztapalapa y ex director de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud.

Fuente: La Jornada

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