Agua

Joven inventa maravillas en favor del agua

Cuando estaba en el jardín de niños, Margarita, su mamá, que es maestra de ciencias, le regaló un libro de anatomía con el que antes de memorizar canciones o tablas de multiplicar aprendió a reconocer con su nombre y función cada órgano del cuerpo.

Desde entonces, José Humberto Ramírez Leyva se acostumbró a ser siempre el primero, al menos en ciencias. El jurado del Premio Nacional Juvenil de Agua 2008 lo confirmó en ese puesto y ahora viajará a Estocolmo, Suecia, para mostrar al mundo lo que es capaz de hacer.

Este joven de 16 años, estudiante del primer año de bachillerato en Culiacán, Sinaloa, se ocupó de lo que cientos de productores de camarón en su estado no se han ni preocupado, y les demostró que hay soluciones fáciles y baratas para combatir el problema.

Todos los días miles de litros de agua contaminada con fósforo y nitrógeno, desechos de las granjas camaroneras, son arrojados al mar alterando el ecosistema, matando especies animales y vegetales y dañando los humedales de su estado. Pocos o ninguno, se ocupan de tratar los desechos.

Humberto creó, después de trabajar tres meses dos horas diarias en un laboratorio particular que patrocinó su investigación, un modelo económico y ecológico para tratar esas aguas y librarlas de casi la mitad de los contaminantes.

Se trata de un modelo de planta tratadora de aguas residuales que trabaja gracias a macroalgas, mejor conocidas como lechugas de mar, que se encuentran pegadas a las piedras de la costa. La planta funciona como un filtro biológico que absorbe el nitrógeno y el fósforo del agua, evitando que vaya a parar al mar.

Esta propuesta, además de contribuir al medio ambiente y ser ecológica, resulta fácil de adquirir para los camaronicultores que carecen de los recursos necesarios para dar tratamiento a sus residuos.

Desde que estaba en secundaria, Humberto se hizo aficionado a buscar y ganar concursos.

El primero lo ganó en segundo año, fue un tercer lugar en microbiología, por demostrar cuáles eran los microorganismos que habitan la jaula de un hámster.

El siguiente año ganó de nuevo al inventar un bactericida ecológico a base de eucalipto para matar los gérmenes descubiertos el año anterior, y después repitió el galardón con unas velas “atrapabacterias”. Otro primer lugar, por construir un aparato purificador de aire.

A Humberto le espera un verano muy emocionante. Fue seleccionado junto a otros nueve adolescentes de Sinaloa para pasar una semana visitando las instalaciones espaciales de la NASA.

Apenas y tendrá tiempo de volver a México para treparse a un avión que lo llevará a Suecia, para representar a México en el Premio Estocolmo Juvenil del Agua, y tratar de refrendar el primer lugar internacional que ganó el año pasado un equipo de jóvenes del Estado de México.

“Lo que quiero ir a decir a Estocolmo es que esta solución se puede llevar a todos los países del trópico, con diferentes especies, pero es viable esta solución, y voy de nuevo por el primer lugar.”

Fuente: Excélsior

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