Transporte

En sólo 12 años se duplicará el número de vehículos en el Distrito Federal

Un menor crecimiento económico tendría como consecuencia una disminución en la flota vehicular

Ciudad de México.— De mantenerse las tendencias actuales, para el año 2020 el número de vehículos en el Distrito Federal se ubicaría en nueve millones, duplicando la cantidad existente en 2008, aseguró Juan Carlos Rodríguez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Durante su participación en la Primera Jornada Académica sobre la Importancia de un Sistema de Movilización Sustentable en la Vida Cotidiana de las Grandes Ciudades del México de Hoy, el experto señaló que los autos particulares mantendrán una presencia importante en el total de la flota (70 por ciento), mientras que las unidades de uso colectivo se incrementarían en forma sustancial.

El integrante del Programa de Energía de la UACM señaló que en cuanto al consumo de energía del sector transporte, para 2020 se ubicaría en 528.6 petajoules (PJ), cifra que representa casi el doble del consumo registrado en 2008.

Uno de los principales problemas de este crecimiento tiene que ver con la oferta de gasolinas para el sector, pues la demanda se ubicaría en 418 PJ/año, volumen que implicaría la importación de sus dos terceras partes, pues la refinería en Tula, Hidalgo, que provee de gasolinas a la ciudad de México, sólo tiene capacidad para producir 33 mil barriles anuales.

Sin embargo, si para el año 2020 el PIB llegara a crecer 5 por ciento y la población creciera en 0.2 por ciento, esto generaría una mayor cantidad de empleo y, por supuesto, una mayor cantidad de ingreso para las y los habitantes del Distrito Federal.

“Éste sería un escenario optimista para la población, pero en términos de transporte la situación sería espantosa, porque la flota vehicular crecería de 4.8 millones de UTU, que había en 2008, a 12.4 millones. Es decir, el número de vehículos circulando se triplicaría, los automóviles particulares representarían el 67 por ciento del total, el consumo de energía ascendería a 682.4 petajoules (PJ), equivalente a un incremento del 145 por ciento, respecto al 2008.”

El consumo de gasolina alcanzaría los 111 mil barriles anuales, cifra que obligaría a la importación de 75 mil barriles anuales sólo para la ciudad de México. Esta situación requeriría duplicar la infraestructura existente, tanto para almacenamiento como para estaciones de servicio.

Además, añadió, la emisión de bióxido de carbono (CO2) sería de 37.4 millones de toneladas, que representaría un incremento anual de 6.7 por ciento con respecto a 2008; los autos particulares que operan como taxis emitirán casi 21 millones de toneladas, equivalentes al 56 por ciento del total, mientras que el transporte de carga ligera emitiría una tercera parte. Las emisiones de CO2 superarían los 2.5 millones de toneladas anuales, ubicándose como el segundo mayor contaminante; esta cifra corresponde a un crecimiento anual de 3.5 por ciento respecto a las emitidas durante 2008, siendo los autos particulares, taxis y vehículos de carga ligera los principales responsables de este incremento.

Finalmente, Juan Carlos Rodríguez planteó un tercer escenario, el cual llamó “pesimista”. En él, para 2020 habría cerca de los seis millones de UTU, lo que significaría un incremento de 33 por ciento con respecto a 2008. El porcentaje de participación de autos particulares disminuirá al 59 por ciento, tres puntos por debajo del nivel mostrado en el año base, pero se requería una tasa de crecimiento anual del PIB de 1 por ciento, y 0.2 de crecimiento poblacional.

En estas condiciones el consumo de gasolina por parte de los principales demandantes se ubicaría en 60 mil barriles anuales para el año 2020; la importación de este combustible sería del orden de los 30 mil barriles, es decir, la producción de una refinería con características similares a la de Tula.

Estas cifras son resultado del trabajo de investigación sobre Balance Energético del Transporte en el Distrito Federal, el cual fue financiado y apoyado por el Fideicomiso Fondo Mixto de Conacyt–Gobierno del Distrito Federal, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal y la UACM.

Fuente: Redacción Teorema Ambiental

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