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El ascenso de la informática “verde”

De pronto son implementados proyectos que se hallaban en los cajones desde hace ya años, por ejemplo, soldaduras sin plomo en las computadoras, el uso de células de combustible a base de biogás en centros de computación y computadoras hogareñas que trabajan alimentadas por paneles solares

Pablo Kummetz / DW

En 2010, sólo para que funcione Internet se necesitarían en Alemania tres centrales atómicas. El impacto ambiental de la informática es uno de los grandes temas en la feria Systems, en Munich.

La informática nunca podrá ser ciento por ciento ecológica, materiales y electricidad siempre se van a necesitar. No obstante, las empresas del sector han reconocido que es necesario un cambio de rumbo: la informática debe volverse más “verde”. Y ello por varias razones.

El creciente consumo de energía, incluso en empresas pequeñas y medianas, que hoy generalmente tienen varias computadoras y por lo menos un servidor, se ha transformado en una carga económica. Por ello, los sellos Ángel Azul en Europa y el Energy Star de Estados Unidos se han transformado ya en importantes argumentos a la hora de comprar equipos informáticos.

Por otro lado, nuevas directrices de la Unión Europea, como la RoHS (Restricción del uso de determinadas sustancias peligrosas en equipos eléctricos y electrónicos, por sus siglas en inglés), han aumentado la presión sobre el sector de la informática para pasar por fin a la acción.

Presiones que surten efecto

Las presiones económicas y políticas han dado efecto. De pronto son implementados proyectos que se hallaban en los cajones desde hace ya años. Por ejemplo, soldaduras sin plomo en las computadoras, el uso de células de combustible a base de biogás en centros de computación y computadoras hogareñas que trabajan alimentadas por paneles solares.

Otro aporte es una exigencia planteada por el sello Energy Star: que los módulos de alimentación eléctrica de las computadoras tengan un grado de efectividad de 80 por ciento, es decir, que generen menos calor inútil y aprovechen mejor la energía. Si a ello se agrega el uso de materiales poco contaminantes, se tiene casi el ordenador óptimo hoy por hoy.

En la era del cambio climático y las exigencias en todo el mundo por poner coto al despilfarro de energía, las empresas de la informática tratan de transformar una necesidad en una virtud. Resultado de ello es la Green Grid (Red Verde), creada por las más importantes empresas mundiales de informática y que tiene como objetivo desarrollar los modelos más eficientes posibles de ahorro de energía.

La IBM ha creado paralelamente su propio proyecto: Big Green, que, dotado de nada menos que mil millones de dólares, impulsa el desarrollo de nuevos productos. La empresa ya ha dado una serie de pasos en ese sentido. Un ejemplo: los contenidos de más de 3,900 pequeños servidores que la empresa mantiene en todo el mundo han sido pasados a 30 grandes servidores, lo que ha llevado a un considerable ahorro de energía.

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