Sostenibilidad

Voluntariado de Ecolab planta mil árboles en el Ajusco

La reforestación ayudará a revitalizar la cobertura forestal de la zona para mejorar la infiltración de agua en el acuífero, con servicios ambientales importantes como ayudar a la seguridad hídrica y la captura de carbono en el Valle de México

José Luis Martínez

En los últimos 40 años, se estima que, en la zona sur de la Ciudad de México, la cobertura del bosque se ha reducido 35 por ciento debido, en parte, a que el crecimiento urbano ha aumentado 400 por ciento en el mismo periodo. Se calcula que 70 por ciento del agua que se consume en la Ciudad de México proviene del suelo de conservación de la ciudad. Una de las zonas más importantes para generar estos servicios ambientales es el Ajusco.

Ante la importancia de conservar la naturaleza de la ciudad y cuidar su recurso hídrico, personal de voluntariado de Ecolab, líder mundial en tecnologías y servicios de agua, higiene y energía, en un trabajo conjunto con las asociaciones The Nature Conservancy (TNC) y Pronatura México participaron en la reforestación de diez mil metros cuadrados del Parque Ejidal San Nicolás Totolapan, del Ajusco, con mil árboles que ayudarán a proteger el abastecimiento de agua potable.

“Esta reforestación aporta al reabastecimiento hídrico, es decir, a que la naturaleza capte mejor el agua superficial y la haga disponible para infiltrar en el subsuelo. Además, se ayudará a revitalizar la cobertura forestal de la zona con árboles jóvenes, pues esta se encuentra degradada. Esto trae además múltiples beneficios asociados, como la captura de carbono, la reducción de la erosión y la conservación de suelos”, señaló Colin Herron, director del Programa de Seguridad Hídrica para México y el Norte de Centroamérica de TNC.

Para la elección del sitio, TNC analizó el lugar donde fueron plantados los árboles, además previo a la actividad, se explicó a los asistentes que se aplicarán protocolos para garantizar que estos pinos tendrán una tasa de supervivencia por encima de los estándares. Además, se tomó en cuenta la forma en la que se realizó la plantación, desde la profundidad a la que fue colocado cada árbol, hasta la distancia entre uno y otro para que crezcan apropiadamente y con todas estas estrategias garantizar su correcto desarrollo.

“Este es un esfuerzo que hace Ecolab con TNC, una organización global con la que trabajamos de manera conjunta, específicamente en China, México y EEUU. Lo que buscamos es restaurar de forma sostenible el ciclo natural del agua, a través de diferentes programas. Nuestra misión como empresa es hacer un mundo más limpio sano y saludable, pero no solo como negocio, también hacemos cosas efectivas para cuidar el medio ambiente”, explicó Alejandro González, gerente de Comunicaciones y Responsabilidad Social para Latinoamérica de Ecolab.

“Aquí hicimos una reforestación inteligente. Se estudió dónde podemos tener un mejor aprovechamiento del agua, a través de sembrar árboles y que esto ayude efectivamente a recargar los mantos acuíferos para una zona donde hay mayor concentración de la población. Esto lo hacemos con la experiencia previa que hemos tenido en Monterrey, donde durante tres años hemos hecho este tipo de reforestaciones en el Parque Cumbres”, agrega.

El ejido de San Nicolás Totolapan cuenta con una superficie de dos mil 303 hectáreas propiedad de 336 ejidatarios. Los bosques templados del ejido tienen una extensión aproximada de mil 700 hectáreas. Se encuentra ubicado al suroeste de la Ciudad de México y forma parte de la cordillera del Eje Volcánico Transversal.

“TNC tiene todo el conocimiento técnico, los árboles más adecuados, la geografía del lugar, la actividad hoy es de integración, muy bonita y demás, pero los árboles se van a quedar y la comunidad, los lugareños son los que van a cuidar los árboles, prevenir incendios, entonces trabajamos con la comunidad también para que tengan una mayor tasa de supervivencia”, añade el funcionario de Ecolab y concluye:

“Lo que nosotros queremos con estos mil árboles es un comienzo, es algo que queremos hacer año con año, porque es muy poco todavía para combatir los problemas de contaminación tan grandes que tenemos en la ciudad. Es un primer esfuerzo traer a más personas. Hoy tenemos 80 voluntarios integrados por sus familias, pero queremos seguir haciendo más. Estos árboles son jóvenes.”

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