Surge la necesidad de buscar alternativas viables y rentables para reverdecer las áreas que se han perdido por la urbanización
Ciudad de México.— En las ciudades los edificios ganan terreno y las construcciones con grandes jardines van quedando atrás, empobreciendo el paisaje. Actualmente los edificios representan el 65 por ciento del consumo total de energía y emiten el 30 por ciento de gases de efecto invernadero, según datos del Consejo Mexicano de Edificación Sustentable.
Ante este panorama, surge la necesidad de buscar alternativas viables y rentables para reverdecer las áreas que se han perdido por la urbanización, las azoteas y muros verdes son una opción.
El concepto de azoteas verdes se remonta dos mil 600 años antes de Cristo, los egipcios ponían patios y huertos que integraban a sus construcciones, el ejemplo más representativo son los Jardines Colgantes de Babilonia del siglo VI a.C., considerados una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
En la actualidad, estos espacios han ido ganando terreno en el ámbito internacional y representan una solución que tiene grandes beneficios económicos, ambientales y hasta en la salud de la población.
Consisten en una superficie donde se siembran las plantas y estas crecen sobre la azotea de edificios o casas.
Se pueden construir con macetas en donde se colocan arbolitos, arbustos, hortalizas y plantas; esto permite ir transformando espacios grises en espacios vivos y armónicos; además de utilizar los productos cosechados. Asimismo, los espacios verticales como: muros, paredes, bardas, techos y terrazas son aprovechados.
Existen dos tipos de azoteas verdes: la indirecta y la directa. Una azotea verde directa consiste en un sistema compuesto por una membrana antirraíces que se extiende en la superficie de la azotea junto con un sistema de drenado. En cualquier tipo de techo se puede instalar una azotea verde, siempre y cuando pueda soportar una carga de aproximadamente 110 kilos por cada metro cuadrado.
Existen diferentes técnicas para su instalación: el cultivo tradicional con tierra, la hidroponía y la aeroponía que son cultivos sin tierra, estas dos últimas son azoteas verdes indirectas.
Fuente: Teorema Ambiental
