Sostenibilidad

Indra, la tecnológica más sostenible del mundo por tercer año consecutivo

  • Otras áreas en las que Indra destacó son estrategia climática, emisiones, economía circular, uso de recursos y agua, así como prácticas laborales y relación con clientes

Teorema Ambiental/Redacción

Indra consiguió repetir el éxito que le ha llevado a la cúspide de la sostenibilidad mundial y se situó por tercer año consecutivo como compañía más sostenible del sector tecnológico de Servicios de TI en el índice Dow Jones Sustainability Index (DJSI) World, tras lograr la mejor puntuación global, con 87 puntos sobre 100.

Indra es la única empresa de su sector que ha logrado mantenerse 18 años consecutivos en este índice global de referencia en sostenibilidad, al que aspiran cada vez más empresas de todo el mundo y que se renueva todos los años, cada vez con mayor complejidad e incorporando nuevos requisitos más exigentes.

En esta última edición, Indra alcanzó la mejor puntuación del sector en los pilares medioambiental y social, y se situó en el percentil 99 en Gobierno Corporativo, con la máxima calificación (100 puntos) en ética, estrategia fiscal y gestión de la innovación, y una excelente posición en seguridad de la información y ciberseguridad (percentil 96), ámbitos críticos para la compañía.

En el pilar de medioambiente, Indra obtuvo la mayor nota posible (100 puntos) en estrategia climática, emisiones, economía circular y uso de recursos y agua. En cuanto al pilar social, destacan las prácticas laborales y la gestión de la relación con los clientes de Indra con la máxima puntuación (100 puntos), que rozan también sus prácticas en Derechos Humanos, atracción y retención de talento, seguridad y salud laboral, y protección de la privacidad (percentil 99).

“Estos extraordinarios resultados suponen un reconocimiento al compromiso de Indra con la excelencia y la mejora continua en materia ESG y al esfuerzo que estamos realizando para dar respuesta, a través de la tecnología, a los retos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, para facilitar la transición hacia una economía baja en carbono y para generar un impacto positivo en las personas y el planeta”, señala Marc Murtra, presidente de Indra.

Por su parte, José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra, destaca que “sin duda, la sostenibilidad tendrá un papel relevante en la hoja de ruta de Indra para los próximos años, que estamos definiendo en nuestro plan estratégico Leading the Future. No solo queremos seguir mejorando el desempeño ESG para mantener nuestro liderazgo, sino que también queremos ser el aliado tecnológico para la sostenibilidad de nuestros clientes”.

Además de figurar en el DJSI, Indra forma parte del índice FTSE4Good desde hace años, tiene la clasificación AA en el índice MSCI-ESG y cuenta con la medalla platino de Ecovadis, la máxima calificación que otorga esta plataforma especializada en evaluar la sostenibilidad de las compañías, cada vez más tenida en cuenta por los clientes y que sitúa a Indra en el percentil 99, a la cabeza del resto de empresas de su sector.

Importantes avances

Tras la última reorganización, la dirección de Sostenibilidad de Indra ha entrado a formar parte del Comité de Dirección de la compañía, cuyos miembros cuentan con incentivos sobre sus objetivos ESG. El 97 por ciento de los profesionales y el 100 por ciento de los proveedores se han formado en ética y transparencia, y se han reforzado los mecanismos de gestión de riesgos ESG, en particular con proveedores. En cuanto a la innovación, Indra ha dedicado más del 8 por ciento de sus ventas al I+D+i en el último año.

Respecto a los objetivos de cambio climático de la ONU, Indra ha logrado reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) un 26 por ciento, lo que supone que avanza a buen ritmo para neutralizar las emisiones de sus operaciones en 2040 y ser Net Zero, conseguir cero emisiones netas, en 2050. Además, está actuando para reducir el impacto medioambiental de sus productos y hacer que sean más sostenibles aplicando el ecodiseño. Así, ha logrado reducir la huella de carbono de su radar primario de vigilancia para la gestión del tráfico aéreo en 15 toneladas de CO2 anuales.

Fotografía: Indra

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