Legislación Ambiental

Productores, uníos

El sector agrícola de México enfrenta innumerables riesgos frente a la competencia global en el comercio exterior de frutas y hortalizas, resulta difícil enfrentar al entorno con tan sólo una simple unidad de un negocio, por lo que comentaremos algunos factores clave de la unión de fuerzas sin politización de las mismas y ejemplos exitosos al respecto.

La fortaleza para alcanzar economías a escala en las negociaciones con proveedores, edificación de infraestructura, gestiones institucionales, distribución y acopio de la producción, está en la unión de los agricultores.

La suma de los agentes económicos permite disminuir distorsiones de mercado o mejor aún, crear un poder concentrado que beneficie a los productores que integran la unión.

La competitividad internacional de nuestras empresas agrícolas se ha basado en los bajos costos de la mano de obra, ahora se enfrentan a la competencia con países asiáticos cuyos esquemas laborales logran costos inferiores y cuya integración vertical consolida toda la cadena productiva. El aspecto laboral es un asunto estructural de su economía, apoyado por un sistema legal que lo permite, sin embargo la integración es cuestión de unión.

La defensa de los subsidios de países desarrollados está sustentada en la unión de los productores para que sus gobiernos gestionen ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y fomenten estas prácticas proteccionistas, con las que países en desarrollo sufren. Los subsidios subsisten gracias al poder económico y la unión de los productores primermundistas.

Las opciones para mejorar nuestras condiciones de competencia internacional pueden ser muchas y muy variadas, probar cada una de ellas implica recursos, los recursos aislados tendrán un menor impacto que ejercerlos en conjunto y con gente que tenga los mismos intereses. Una de las opciones estructurales mejor ejercidas es utilizar los medios en conjunto con otros productores, participando activamente en las asociaciones y cámaras que existen en cada uno de los sectores y subsectores correspondientes o formando nuevas, o células de acción, sin politizar las actividades y con objetivos y metas claras.

En la mayoría de los casos la aportación de cuotas a las asociaciones de productores locales no son precisamente voluntarias por lo que los productores asumen esto como parte de sus costos, no como inversión a la integración de su cadena productiva y poco se esfuerzan por lograr provecho de ese dinero, por lo que hay que buscar que funcionen.

El resultado de la negociación es un acuerdo de voluntades, por ello no es lo mismo negociar con 15 productores que representan el 3 por ciento del volumen de producción de la zona que 95 por ciento de las voluntades y volumen de una parte.
El entorno marca la tendencia de aglutinar a productores con intereses comunes (mercado y/o producto) que definan objetivos y concilien estrategias para ejecutarlas en conjunto, que interactúen con las autoridades nacionales e internacionales para la estipulación de reglas y que mantengan una operatividad ligera y eficiente.

Hay casos concretos en los que se puede apreciar el valor de pertenecer a cualquiera de ellas, por ejemplo, en 2001 el Departamento de Comercio de Estados Unidos dio luz verde a una acusación de dumping contra importaciones de uva provenientes de Chile y México, demanda que fue iniciada por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC, por sus siglas en inglés). El caso se enfocó a las importaciones de uva entre el 1 de abril y el 30 de junio, afectando las exportaciones de Chile valuadas en 47 millones de dólares y las de México en 140 millones. Los productores de Arizona agrupados en la Desert Grape Growers League pidieron una sobretasa compensatoria que iba entre 23 y 99.39 por ciento ad valorem.

La demanda acusaba nominalmente a diez productores mexicanos, todos ellos eran miembros de la Asociación Agrícola Local de Productores de Uva de Mesa (AALPUM) que había prevenido el caso con un despacho de abogados internacionales especialistas en la materia, que se pagó con las cuotas de la asociación, lo cual permitió hacer una estrategia de bloque, intercambiando información, intereses y experiencias, ya que de proceder la demanda y declarar dumping, todos, absolutamente todos los productores mexicanos iban a pagar las consecuencias. Por fortuna la demanda no procedió ya que no se comprobó la relación causal de daños y los demandantes no lograron mostrar representatividad. Si esta situación se hubiera enfrentado de manera aislada por cada productor, quizá no se hubieran tenido los argumentos suficientes para que la demanda no procediera, los costos de representación legal hubieran sido diez veces mayores y los esfuerzos fragmentados para enfrentar esta contingencia difícilmente hubieran mantenido el mismo sentido.

Otro ejemplo es la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán (APEAM) que a partir de la reapertura comercial al aguacate mexicano en EU su interés ha sido regular la oferta exportable a ese mercado para mantener el nivel de precios y posicionarse en el mercado estadounidense con calidad consistente. Sus actividades de promoción han sido fondeadas en su mayoría por ellos mismos pero además han logrado apoyos a fondo perdido del gobierno federal por medio de Bancomext, por más de tres millones de pesos anuales.

Sin duda alguna un solo empacador, por grande que fuera, no podría lograr apoyos de esta magnitud y mucho menos presionar negociaciones de comercio exterior para reabrir un mercado.

Requerimientos de una asociación de productores

• Tener claros los objetivos y metas para trabajar por ellos.
• Influir en el mercado (vía precio, estimular demanda, disminuir oferta).
• Obtener apoyos gubernamentales.
• Ampliar mercado nacional o de exportación.
• Establecer canales formales de comunicación entre todos los participantes.
• Reuniones periódicas.
• Boletines informativos.
• Comités específicos.
• Representación ante organismos funcionales como la CNA.
• Homogeneizar los productos en los que se tiene afinidad.1
• Definir parámetros de calidad del producto.
• Delimitar las actividades de la asociación, para evitar politizarla.
• Monitorear los resultados.
• Autoevaluarse.
• Modificar acciones.
• Consistencia.

Este punto puede ser el más importante ya que los intereses de un productor pueden no coincidir si no sufren los mismos percances como lo puede ser lugar, temporada, calidad del producto y si es necesario establecer grados (color, calibres, variedades, grados Brix, empaque) para así poder estimar la participación de cada uno en la producción total; con la finalidad de regular la oferta, presionar la formación de programas de exportación/abasto y discriminar la venta espontánea y eliminar rezagos.

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