Legislación Ambiental

El ISSSTE por una cultura de respeto y cuidado ambiental

Las unidades médicas son en realidad pequeñas ciudades debido a los volúmenes de recursos que utilizan para su funcionamiento (como agua y energía eléctrica), además de los desechos que generan, como la llamada basura municipal o los residuos propios de la atención a los pacientes, que van desde un abatelenguas hasta extremidades y órganos que son extirpados a los enfermos.

El hecho de funcionar las 24 horas del día y los 365 días del año, también implica la movilización de gran cantidad de personas en esas instalaciones, entre los enfermos y sus familiares y el propio personal que ahí labora. Todos ellos hacen uso de los servicios sanitarios, consumen energía eléctrica y generan diversos desechos.

Frente a esta situación es indispensable contar con mecanismos eficientes para poder disponer de todos estos residuos de forma conveniente, evitando riesgos para las personas en las mismas unidades médicas, además de que su procesamiento final no implique daños al ambiente ni peligro para la población en general.

Consciente de esta responsabilidad, el ISSSTE promueve en sus clínicas y hospitales una cultura para la protección del entorno ambiental, el manejo responsable de los materiales de curación y la protección de los trabajadores que tienen contacto con los desechos.

Para la disposición de los residuos peligrosos biológico infecciosos (RPBI) el ISSSTE, en cumplimiento de la NOM-087-ECOL, establecida desde 1995, aplica en sus hospitales de segundo y tercer nivel en el país medidas para la adecuada identificación, separación, envasado, almacenamiento temporal, recolección, transporte, tratamiento y disposición final de los desechos, para lo cual contrata los servicios de empresas especializadas, que requieren el aval y reconocimiento de las secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Comunicaciones y Transportes, cuando se requiere su movilización por las carreteras federales en el territorio nacional.

Este sistema de recolección y disposición ha permitido al ISSSTE cumplir de manera satisfactoria con la normatividad, mediante las inspecciones que en forma periódica realiza personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a las instituciones y unidades de salud públicas y privadas.

Así, se han evitado sanciones civiles, penales o administrativas, que son los tres rubros de responsabilidad en que puede incurrir un hospital por el manejo inadecuado de sus desechos peligrosos.

Para reforzar esta tendencia, el ISSSTE aplica un programa permanente de capacitación en tres fases, tanto para su personal médico, paramédico y de enfermería, como para los encargados de los servicios de limpieza, que ofrecen también empresas privadas.

A todos ellos, se les explica la forma más conveniente para la utilización, clasificación, envasado, transportación interna y disposición de los materiales de curación desde jeringas y algodones, hasta órganos y tejidos que hayan sido extirpados de los pacientes.

En la segunda fase, se le explica al personal de limpieza la forma como deben hacer la recolección de los mismos, su identificación y clasificación, así como su manejo a fin de evitar accidentes. En esta etapa del proceso también se les indica cómo hacer el transporte y manejo de los productos dentro del hospital, así como su almacenamiento temporal, hasta que sea entregado a la empresa encargada de la recolección final.

Como tercer paso, la empresa responsable del manejo final de los desechos cuenta con medidas específicas, sancionadas por la Profepa, para el confinamiento final de los productos, dependiendo de su naturaleza y, en casos como productos plásticos, proceder a su reciclamiento si esto fuera posible, una vez limpios y esterilizados, para que no representen riesgos a la salud.

Otra de las acciones que lleva a cabo el ISSSTE en sus unidades médicas es la reducción en el uso de químicos peligrosos como el formol, xilol y glutaraldehído.

A este respecto, se busca que la utilización de las fórmulas sea en la proporción adecuada e incluso se estudian algunos productos que puedan sustituirlos, con nulo impacto ambiental o que éste sea mínimo.

Por lo que respecta a la utilización de recursos y materiales de oficina, el instituto también aplica un Sistema de Administración Ambiental, que identifica de manera inicial las áreas en que se pueden aplicar acciones concretas para el ahorro de materiales, suministros y energéticos, como papelería, luz y agua, entre otros.

Una vez determinados los ámbitos en que se puede trabajar, se establecen líneas de acción, con metas y objetivos cuantificables y mesurables, encaminados a la mejora continua del desempeño ambiental de hospitales y oficinas.

Entre los aspectos en que se trabaja ya se encuentran la supervisión de instalaciones hidráulicas y sanitarias, a fin de evitar las fugas de agua; la instalación de apagadores en oficinas, promoviendo la utilización de la luz natural cuando sea posible, y apagando las lámparas que no estén en uso.

Una de las prioridades actualmente es el uso eficiente de papel, medida puesta en práctica ya en las áreas administrativas del instituto. De esta forma, el ISSSTE mantiene su compromiso de promover una cultura de cuidado y respeto al ambiente, para beneficio de sus derechohabientes y la población en general.

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