En 25 años, México frenará su desarrollo por falta de agua en varias ciudades; habrá insuficiencia agroproductiva; varios ecosistemas se colapsarán y los problemas de salud pública van a agravarse como resultado de una crisis que el país ya enfrenta debido a la escasez del vital líquido.
En 1955, un mexicano tenía una disponibilidad anual alta de 11 mil 500 metros cúbicos. En la actualidad se estima que es de 4 mil 547 metros cúbicos y se prevé que para el año 2025 cada habitante contará con 3 mil 822 metros cúbicos al año, disponibilidad considerada baja como consecuencia del incremento poblacional y la contaminación del recurso.
Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente, y Rosalva Landa, coordinadora académica del Programa Agua, Medio Ambiente y Sociedad, PAMAS, de El Colegio de México (Colmex), advierten que el país deberá invertir al menos unos 735 mil millones de pesos para atajar esa crisis en 25 años ya citados.
Ambas académicas de la UNAM presentaron ayer el libro Agua, medio ambiente y sociedad, que fue editado con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México, El Colegio de México y la Fundación Gonzalo Río Arronte.
En la presentación, Fernando Tudela, académico y funcionario federal, refiere que se van necesitar más que inversiones y tecnologías para solucionar esta crisis, y destaca que se requiere la implantación progresiva en toda la población de una cultura de utilización racional que sustituya la actual cultura del desperdicio, la no valoración y el no pago.
De acuerdo con la investigación que implicó cuatro años de consultas entre científicos, técnicos, funcionarios, usuarios del agua, organizaciones no gubernamentales y legisladores, es posible garantizar la satisfacción de la demanda nacional, siempre y cuando se cumpla con una lista de 22 puntos que las autoras señalan.
Plantean, por ejemplo, incrementar los recursos económicos que el gobierno destina a ese rubro y que éste los canalice prioritariamente a las zonas marginadas (para cumplir con la cobertura adicional de 25 millones de personas que requiere para acatar las Metas del Milenio hacia el año 2025), y por otra parte, atraer inversión privada que se puede enfocar en zonas donde existan las condiciones para recuperar su capital.
Indican asimismo la necesidad de que el sector hidráulico sea sujeto de crédito bancario o que pueda emitir instrumentos de deuda a fin de percibir recursos adicionales.
Fuente: El Universal
