A unos metros de la central termoeléctrica y de la subestación Gas Petroquímica de Petróleos Mexicanos (Pemex), permanece un poliducto en la superficie, en el camino a los ejidos de Santa María Chiconautla, en Venta de Carpio, lo que representa gran riesgo para cientos de pobladores de la zona ante una posible avería o fuga.
Dicha instalación, de 14 pulgadas de diámetro, es el principal alimentador de la termoeléctrica, y hace más de un año topógrafos y especialistas de la paraestatal le realizaron una inspección mediante la cual determinaron que las condiciones al aire libre del ducto significan un peligro latente, por lo que habría que tomar medidas urgentes, mismas que hasta el momento siguen pendientes y el ducto no ha sido reubicado.
Desde 1986 la empresa petrolera ocupó parte del camino ejidal de Santa María Chiconautla para la introducción de la línea alimentadora Poza Rica-Venta de Carpio, señalaron Arturo Gachuz Calixto, Alberto Fragoso Mercado, Gildardo Mendoza y Lorenzo Sánchez, representantes del comisariado ejidal.
Expusieron que la ocupación se realizó de manera irregular, ya que Pemex no pagó el predio al ejido, sino a un particular, además de que invadió el camino principal a sus tierras de cultivo.
El poliducto fue introducido casi a flor de tierra, en la parte posterior de la termoeléctrica, a lo largo de 500 metros; sin embargo, al paso del tiempo y con los constantes deslaves del terreno una parte quedó al descubierto.
Los ejidatarios se quejaron por el peligro que representa el ducto y exigieron a la paraestatal que lo reubique o lo entierre y así puedan utilizar el camino para desplazarse a los terrenos y minas que explotan en la zona.
Fuente: La Jornada
