Renovables

Proponen construir gigantesco parque solar en el desierto del Sahara

Estudios con tecnología espacial alemana detectaron que la energía que entrega el sol en el desierto puede cubrir la demanda del MENA

México, D.F.— Desertec, es una propuesta de solución a través de energías renovables en el ámbito mundial que se impulsó desde la Cooperación de Energías Renovables Transmediterráneas (TREC). La iniciativa, a grandes rasgos, propone construir hasta 2050 un gigantesco parque solar en el desierto del Sahara.

Actualmente cuenta con sólo algunos proyectos en marcha y padece la salida de varias de las empresas que se asociaron para su concreción. Sin embargo, el desembarco japonés y chino podría darle vida a este proyecto que ha sido propuesto desde 2009.

Estudios con tecnología espacial alemana detectaron que la energía que entrega el sol en el desierto puede cubrir la demanda del MENA (Medio Oriente y Norte de África), exportar un excedente a Europa y reducir la emisión de dióxido de carbono (CO2) en los países industrializados. Para fomentar los proyectos que apunten a desarrollar ese potencial y las investigaciones necesarias se formó la Fundación Desertec y, poco después, la Iniciativa Industrial Desertec (IID).

El primer estudio publicado (La energía del desierto 2050) sienta las bases originales del trabajo. Allí señalan que con una inversión de 400 mil millones de euros se pueden generar hasta 125 gigavatios de electricidad. Esa producción podría cubrir la totalidad de la demanda en Marruecos y cerca del 20 por ciento de toda Europa. Además se calculó que el menor costo de generación permitiría, a los países europeos, un ahorro del 40 por ciento en la compra energética.

Sin embargo, las contradicciones políticas, en parte por el transporte de la energía como por los planes energéticos de cada país, suministraron las suficientes trabas como para frenar el impulso inicial. También las cuestiones económicas interfirieron. Por caso, la salida de Siemens, Bosch y E.ON, con distintas versiones, y el distanciamiento entre la fundación Desertec y Dii por “divergencias en los objetivos”, terminaron por eclipsar el panorama de oportunidades que prometía la idea original.

La única iniciativa actualmente en marcha se encuentra en Marruecos. Pero aún hay una esperanza que mantiene con vida el proyecto global: las inversiones asiáticas. Principalmente japonesas, en búsqueda de alternativas tras el desastre de Fukushima, pero también la llegada de los frondosos capitales chinos.

Fuente: Noticias Ambientales

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