El objetivo es llegar a convertir la infestación de la corteza de pino en árboles de biocombustible mediante el proceso conocido como pirólisis
“Las infestaciones de escarabajos de la corteza de pino y abetos han impactado más de 42 millones de acres de bosques de Estados Unidos desde 1996, y el cambio climático amenaza con ampliar la amenaza del escarabajo de la corteza en nuestras tierras forestales”, dijo el secretario de Agricultura, Tom Vilsack.
Por ello anunció que se ha otorgado cerca de diez millones de dólares al estudio de los principales problemas que limitan el uso de los árboles de insectos muertos en las Montañas Rocosas como materia prima sostenible para la bioenergía.
¿Cómo funciona?
La pirólisis es el proceso de carbonización de la biomasa, al procesar la biomasa con nula presencia de oxígeno y temperaturas cercanas a 500°C. El producto resultante de este proceso posee una densidad energética mayor que la biomasa común y puede utilizarse para la obtención de calor o electricidad en motores a combustión con potencias hasta diez megavatios (MW) y eficiencias de 60-70 por ciento, o en turbinas de gas con eficiencias superiores y mediante ciclos combinados de alta eficiencia [IEA 2008, Tech. Perspectives]. El factor de planta se encuentra entre 80 y 90 por ciento.
La conversión de biomasa en syngas (hidrógeno con hidrocarburos diferentes al metano) mediante procesos termoquímicos como la pirólisis genera sólo de 2 a 4 por ciento de cenizas. Para llevar a cabo este proceso se requiere disponer de una caldera o mufla para la combustión anaeróbica.
Pese a que el método ha sido muy utilizado y probado a lo largo del tiempo, aún se encuentra en una etapa de estudio y su implementación se ha enfocado a plantas piloto, aunque en países como Finlandia y Canadá se han desarrollado plantas que han funcionado exitosamente con esta tecnología.
Fuente: http://www.news.colostate.edu/release.aspx?id=7070
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