José Luis Martínez
En México no existe un registro de todos los lugares contaminados, ya sea suelo o agua, de los que se ha tenido conocimiento y esto incumple con la regulación internacional. Además hay una falta de interés de las autoridades y los particulares por recopilar esta información, explicó a Teorema Ambiental el ingeniero Hugo Mujica, director de Operaciones, Industria y Sitios Contaminados de Corporación Ambiental de México (CAM).
“La gente no conoce ni está consciente qué son y cómo se hacen los trabajos de remediación de espacios contaminados, al grado de consultarnos así: ‘No sé si tengo un problema de contaminación’ ‘¿Qué hago?’ ‘¿Existe la legislación en México?’ ‘¿Quién lo regula?’ ‘¿Estoy obligado a analizarlo?’. Entonces si la gente responsable de esos temas en las empresas y otras entidades no lo conoce, la sociedad en general no está consciente”, lamentó.
“De hecho hoy no sabemos cuántos sitios contaminados hay, porque no hay un registro de ellos, aun cuando la práctica internacional dice: detectas un sitio contaminado y lo registras como si fuera un coche o una propiedad y así puedes ver el avance que ha tenido la sociedad para mejorar estos daños que el hombre ha provocado, cómo los ha ido resolviendo y cuánta gente has beneficiado.”
Además, el entrevistado explica que esto ha provocado daños posteriores en otras obras que no estaban relacionadas con quien generó el problema originalmente, por ejemplo, cuando se construye sobre un relleno sanitario no identificado o el problema de las minas de arena que provoca hundimientos en el poniente de la Ciudad de México.
“No estamos conscientes como sociedad de cómo repercute lo que hacemos y además la memoria es corta: río Sonora ya pasó y nadie se preocupa por: ¿qué pasó?, ¿se limpió o no?, ¿hubo responsables? La sociedad no está al tanto de esto.
“Para todos estos problemas de mal manejo de desechos existen alternativas de cancelación de rellenos, por ejemplo: ubicarlo tomando en cuenta las condiciones geológicas, el clima, pero falta muchísimo”, agrega el experto.
CAM es una empresa con más de 20 años en el mercado, dedicada a mejorar el medio ambiente y mantener la sustentabilidad en México. Está integrada por un grupo multidisciplinario de expertos interesados en el desarrollo de actividades que mejoran el desempeño ambiental de la sociedad y la industria.
La empresa está dividida en dos áreas para hacer estos trabajos: Impacto Ambiental e Industria y Sitios Contaminados. Además cuenta con la capacidad de desarrollar y ejecutar de forma integral un proyecto de remediación, incluyendo: diseño del proyecto, maquinaria y equipo, personal acreditado por la autoridad y seguros, entre otros valores agregados que la hacen única en su ramo en nuestro país.
Deterioro evidente
“Para mí fue totalmente frustrante ver las fotos de mis papás en su luna de miel, fue en Uruapan, Michoacán. Detrás de ellos está la famosa cascada de La Tzararacua. Cuando yo fui, vi un río de aguas negras que huele feo, no lo disfrutas. Entonces algo que podría ser un polo económico para la ciudad, si oyes que ese río es de aguas negras, ya no vas a ir y de boca en boca va menos gente”, agrega el ingeniero Mujica, como evidencias de los efectos cotidianos de la contaminación.
“Por ejemplo, en el lago de Cuitzeo, también en Michoacán, yo he visto a la gente sorprendida por el paisaje cuando pasa por primera vez. Pero antes era ¡cinco veces más impresionante!”, y agrega: “Con la explotación del manto freático, la extracción del agua, el terreno que le vas ganando de manera agrícola, ahora ese lago ocupa una quinta parte de lo que era antes”, lamenta.
“Entonces nos vamos a dar cuenta que todo eso está pasando cuando ya no haya lago ni superficie que sembrar por los derrames. Cuando el hidrocarburo no sea la principal fuente de energía de la industria y sea sustituida por nuclear o solar y digan ‘ahora hay que aprovechar esto para sembrar’, quizá ya no se pueda porque se terminó el agua. O sea, te vas a dar cuenta o cuando te pegue o cuando ya no haya recurso.”
Finalmente, el funcionario de CAM explica que esta indiferencia de la sociedad se debe a que no hay información y mucha gente no quiere que la haya. “A nadie le gusta decir: ‘tengo un problema de contaminación y estoy haciendo lo necesario para remediarlo’”, pero afirma que aún se puede hacer algo favorable con el entorno actual:
“El gobierno ha avanzado. Cuando esto empezó en los años noventa no había regulación y, aunque en México solo existe regulación para suelo en hidrocarburos y metales y las normas han tenido sus renovaciones, estamos en pañales, nuestra contaminación no se reduce a esto.
“Sin embargo, en Latinoamérica somos los que llevamos la pauta, quizás con Brasil. Muchas de las cosas que hacemos en México están replicándolas en Perú y Argentina. Tenemos una esperanza de reducir el daño que hemos hecho. Todo, excepto el aire, lo obtenemos de la tierra, nada más tenemos una y es un recurso limitado. No estamos conscientes que se va a acabar y estamos acelerando ese término. Entonces si no hacemos algo, se va adelantar el fin”, concluye.
