Se ignora fin de 10 mil toneladas de desechos peligrosos
En el mundo se producen alrededor de 10 mil toneladas de residuos peligrosos, y no se sabe «dónde son depositados»; además no se cuenta con la tecnología necesaria para reciclarlos, degradarlos o transformarlos, aseguró Irma Rosas Pérez, directora del Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA) de la Universidad Nacional Aautónoma de México (UNAM).
Al participar en la inauguración del cuarto Minisimposio Internacional sobre Remoción de Contaminantes de Aguas, Atmósfera y Suelos, organizado por la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, afirmó que el planeta vive serios problemas de contaminación.
Por ejemplo detalló, sólo se somete a tratamiento entre 30 y 40 por ciento del agua utilizada, y el resto se va a los acuíferos, ríos y mares. La sociedad comenzó a tecnificar la producción de alimentos, de material y energía, pero se le olvidó que todo ello genera residuos, por lo que se requieren especialistas que resuelvan estas cuestiones, en especial ingenieros químicos, con el fin de que analicen la composición de estos remanentes, indicó.
Por otro lado, Rosas Pérez destacó que el PUMA se ha consolidado gracias a la realización de proyectos importantes, no sólo para el Distrito Federal, sino para todo el país, y trabaja de forma importante con la industria, la energía y el ambiente en análisis de impacto ambiental y evaluación de riesgos.
María del Carmen Durán Domínguez, coordinadora global del Programa de Ingeniería Química Ambiental y de Química Ambiental de la FQ, sostuvo que, desafortunadamente, muchos residuos no se consideran peligrosos, aunque entre ellos se cuenten baterías de celulares, focos y satisfactores que concluyen su vida útil, y van a dar a los basureros.
Añadió que esos desechos tienen materiales pesados y componentes dañinos que, con la presencia de ácidos, generados por residuos de alimentos, van a dar al subsuelo. Como no todos los sitios de disposición controlada cumplen con las características requeridas, se filtran hacia las aguas subterráneas y las contaminan, advirtió. José Galán
Fuente: La Jornada
