Contaminación

La presa de Valle de Bravo y sus afluentes: Causas y soluciones a la problemática de contaminación

  • El aporte de aguas negras, se ha dado en las riberas del embalse y en su mayoría muchos de los poblados de otros municipios aledaños vierten sus aguas residuales hasta la fecha

Carlos A. Becker Duprat*

Valle de Bravo, uno de los principales Pueblos Mágicos que existen en México, desde que el entonces presidente de la República Miguel Alemán Valdés mandó construir varias presas hidroeléctricas. Una de ellas, fue la de Valle de Bravo concluida en el año 1944, convirtiéndose así en un lugar de gran belleza natural enmarcado por un “lago”, rodeado de bosques, montes y valles; ríos y manantiales de agua cristalina, y de un hermoso pueblo mágico. “¡La Suiza Mexicana!”, como fue denominada en las Olimpiadas de México, en el año 1968.

Fue a partir de los años cincuenta del siglo pasado que se empezaron a construir clubes de vela y casas alrededor, junto con dicho pueblo, hoy considerado ya una ciudad de gran atractivo turístico, a menos de un par de horas de distancia en automóvil desde la Ciudad de México. Hay que mencionar, que durante y después de la reciente pandemia, muchos visitantes decidieron migrar a este lugar a radicar y en gran parte, hay que decirlo, a aumentar el impacto ambiental en la región.

Se puede decir que jamás hubo una correcta planeación sanitaria y cuando mucho, se construyeron fosas sépticas, prohibidas hoy aquí, por el gobierno federal mexicano, por la baja calidad de agua que producen, y porque con el crecimiento exponencial demográfico de los últimos años, se iría viendo el deterioro, que causa el aumento considerable de descargas sin control y sin tratamiento alguno.

Y es que, a través de los años, el aporte de aguas negras, no solo se ha dado en las riberas del embalse, sino que en su mayoría muchos de los poblados de otros municipios aledaños al de Valle de Bravo, y que fueron también creciendo conjuntamente, vierten sus aguas residuales hasta la fecha, en ríos que descargan en la presa. Todo este conjunto de vertidos continuos a cuerpos de agua, fue afectando su calidad, provocando un fenómeno muy grave, conocido como eutrofización o eutroficación que hoy día se encuentra, de acuerdo a múltiples monitoreos, en su etapa crítica.

Mucho se ha hablado por años, en distintos comités y organizaciones, de cómo sería posible sanear la presa y los ríos que confluyen a ella, y se han construido algunas plantas de tratamiento, pero son prácticamente incuantificables todas las descargas que no llegan a ser tratadas, y que al final aportan contaminantes al embalse. En este artículo, se propone y que muchos pienso estamos de acuerdo, de empezar por un río emblemático de Valle de Bravo y que podría ser un parteaguas y de interés general, que lleve a la descontaminación de la presa, el río Tizates.

Hay dos ríos principales que aportan la mayor parte de la contaminación que llega a la presa. En primer lugar, el río Amanalco, que va recolectando un sinnúmero de descargas provenientes de ese municipio y, en segundo lugar, el río Tizates que pasa por la zona urbanizada del pueblo de Valle de Bravo y que juntos aportan un máximo de 11 mil 280 litros por segundo de aguas contaminadas.

En menor medida contribuyen a la contaminación del embalse, los trasvases que llegan desde otras presas que pertenecen al Sistema Cutzamala (que dota un 30 por ciento del agua potable a la CDMX), también más o menos contaminadas, y al final contribuyen las descargas producidas a través de comercios y casas principalmente, que se encuentran alrededor o que, por medio de otros ríos, vierten sus aguas residuales también.**

Pero, ¿cómo se puede descontaminar un río como el Tizates, que aporta caudales de hasta dos mil 160 litros por segundo?* y que, además, ¿se encuentra en medio de una zona totalmente urbanizada?

En este sentido, la propuesta de emplear humedales artificiales, de la cual se ha hablado mucho, para el tratamiento del río, no es adecuada, ya que estos sistemas son eficaces para volúmenes de aguas residuales mucho menores (hasta tres o cuatro litros por segundo). Los humedales artificiales o fitorremediación, son una excelente opción, y deben ser considerados como una prioridad, principalmente por su muy bajo costo de operación y de mantenimiento, pero se construyen, generalmente, con profundidades de solo un metro por lo que el requerimiento de área es más alto, y por ello su limitante.

En su lugar, me parece más viable tratar las aguas negras provenientes de casas habitación, y otras como hoteles, hospitales, comercios, etc., por medio de plantas pequeñas con bajos consumos energéticos y menores costos de inversión. Se pueden adecuar, más fácilmente dentro de las instalaciones mismas, y alcanzar calidades de agua de acuerdo a la NOM 003 SEMARNAT 1997, que representa una buena calidad de agua, para su reuso y reciclaje, así como para la descarga.

Estas plantas funcionan bajo el proceso de lodos activados y las más pequeñas ocupan unos 3.5 m de largo por 2.5 m de ancho y tratan el agua de cuatro a seis personas, pero pueden ser todavía más compactas o tratar mayor flujo, utilizando procesos como de tipo MBBR que utiliza material plástico dentro del reactor biológico, aumentando la superficie relativa, y lograr aumentar su capacidad de seis a ocho habitantes por planta. Los sistemas anaeróbicos (sin oxígeno) de bajo consumo energético y sus combinaciones con sistemas aeróbicos (con aire o con oxígeno), requieren de volúmenes de reactores menores y también de menor espacio. Cuando combinamos reactor anaeróbico (o una fosa séptica tricameral), con humedales para plantas municipales o domésticas, se logra el menor costo de operación y mantenimiento posible y una muy alta eficiencia.

Hay que mencionar que las aguas residuales domésticas (aguas negras domésticas) son las que contienen un mayor porcentaje de materia orgánica biodegradable y, por tanto, son más fáciles de degradar, por las bacterias que se desarrollan en estos sistemas, y las cuales, es importante mencionarlo, se van adaptando a su medio específico.

Todas estas tecnologías de tratamiento, están disponibles en el mercado mexicano, y es importante que, en una iniciativa de rehabilitación, se crearan modelos de financiamiento lo suficientemente atractivos y prácticos, para que este tipo de plantas estén al alcance de los usuarios del agua, y principalmente de aquellos que están hoy contaminando el río y el lago. Creemos que la parte de incentivos es crucial, y que el gobierno debe ejercer presión mediante sanciones, al mismo tiempo que ofrece alternativas viables y atractivas.

Pienso, además, que sería necesario complementar las plantas con ecotecnias, como puede ser el uso y proliferación de diatomeas (microalgas omnipresentes que son benéficas para el medioambiente). Estas llegan a producir grandes cantidades de oxígeno molecular en el agua por fotosíntesis, y que este sea aprovechado por las bacterias aeróbicas dentro del cuerpo de agua o dentro de una planta de tratamiento y poder degradar, así, la materia orgánica, ahorrando energía eléctrica.

Asimismo, las diatomeas que forman parte del fitoplancton inocuo (primer eslabón de las cadenas alimentarias), pueden asimilar el nitrógeno y el fósforo solubles (principales causantes de la eutroficación), que muchas plantas de tratamiento no eliminan, y que podrían reducir gracias a esta tecnología.

Esta solución de tratar las aguas que van a los ríos con plantas de tratamiento que mitigan los impactos al medioambiente, ya se ha aplicado con éxito en otras partes del mundo. Muchos de los problemas que presentan los proyectos de tratamiento, deben poderse resolver con la propia experiencia de casos exitosos y fallidos. Es importante elegir las tecnologías adecuadas (preferentemente aquellas que pueden reciclar y reusar el agua tratada), evitar y prevenir la corrupción que se da sobre todo en el proceso de selección, prever el mantenimiento de las plantas, buscando que este sea mínimo y poco costoso, involucrar a gente con alta experiencia que pueda dar seguimiento, hacer participar a la sociedad para crear conciencia, entre otros factores que se deben de analizar conjuntamente entre autoridades, expertos, iniciativas privadas y sociedades civiles organizadas. Pero es un hecho, si no se tratan las aguas residuales convenientemente, con un plan adecuado y con todas las piezas del rompecabezas en su lugar, incluyendo el cuidado y gestión de los ecosistemas, de sus bosques, suelos y cuencas, el deterioro de la presa seguirá en aumento con consecuencias negativas inimaginables para la economía, su sociedad y la subsistencia de este lugar tan maravilloso.**

* Consultor ambiental

carlos.becker.062@gmail.com

**Datos e información del monitoreo continuo en presa de Valle de Bravo realizados por el Dr. Jorge Ramírez Zierold de Pro Valle, AC

Fotografía: Wikipedia

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