En el complejo lechero e industrial de Tizayuca, Hidalgo, se producen 1,500 toneladas de estiércol diarias, las cuales son tratadas mediante dos métodos rudimentarios que impiden valorizar su potencial de negocio.
Los métodos consisten en almacenar el estiércol húmedo, durante la temporada de lluvia, en depósitos a cielo abierto llamados “celdas”; mientras que en la estación seca lo extienden con tractores en capas de 20 centímetros que se secan parcialmente al sol, para después ser enviados a los campos de cultivos de varios municipios cercanos.
Sin embargo estos procesos constituyen una amenaza para el medio ambiente y la salud pública ya que contaminan y degradan el suelo por exceso de silicatos en el estiércol, además de que generan fauna nociva, principalmente moscas.
Sumado a ello, el exceso de partículas suspendidas que se generan al secarse el estiércol es un foco de enfermedades infecciosas para la población de esta región, además del constante olor proveniente del agua putrefacta y del estiércol en los campos de desecho.
Por esta situación los productores de esta región deberán enfrentarse a grandes retos que les permitan hacer del estiércol un producto sustentable, que sea amable con el medio ambiente además de cuidar de la salud pública.
Fuente: Teorema
