Colaboraciones

Turismo y medio ambiente en Cozumel ¡Un ejemplo de políticas públicas sostenibles!

Dra. Tania García López*

Lo primero que me llamó la atención al llegar al municipio de Cozumel, sin lugar a dudas, fue darme cuenta de que más de 90 por ciento de la isla es selva, selva baja, con menos agua que la del territorio continental, pero en buen estado de conservación.

Desde el avión esta situación llama mucho la atención porque sólo al acercarte a una distancia considerablemente cercana se advierte la mancha urbana; antes, parece una isla virgen, una isla verde rodeada de las bellas aguas color azul turquesa del Caribe mexicano.

La zona hotelera era lo que más curiosidad me producía y, a medida que iba avanzando por ésta me daba la impresión de que todavía no habíamos llegado, de que estábamos a las afueras de lo que empezaría a ser un hotel tras otro, pero “las ventanas al mar”, en palabras de un buen colega, funcionario del municipio al servicio de la gestión de la zona federal marítimo terrestre, son bien cuidadas en la isla.

La densidad de la zona hotelera es más bien baja, si la comparamos con polos de desarrollo turístico cercanos, como Cancún e incluso Playa del Carmen, resaltando el hecho de que, además de que la vida nocturna es prácticamente inexistente, o al menos muy moderada, el turismo de la zona valora especialmente el contacto con los recursos naturales, terrestres y marítimos.

Es bien conocido que el turismo de buceo considera Cozumel como uno de los destinos mejor valorados, por la transparencia de sus aguas y la riqueza de su entorno arrecifal, rico en biodiversidad y en un estado de conservación francamente espléndido, debido, entre otros motivos, a la consideración jurídica de aproximadamente la mitad de su extensión en Parque Nacional (Parque Nacional Arrecifes de Cozumel).

Cuando empezaron a llegar cruceros a la isla se discutió mucho su impacto sobre el entorno, especialmente sobre el sistema arrecifal, además de ponerse de relieve la gran cantidad de basura que necesitaban descargar a su llegada.

Hoy, sin embrago, las rutas de navegación para la entrada de estos barcos están bien definidas y la gestión de la basura se ha convertido en otra área de oportunidad para la economía de la región.

Los ingresos por concepto del uso, goce y disfrute de la zona económica exclusiva de la Federación en la isla de Cozumel son los más altos del país, debido a que todo turista que desembarque genera el cobro de un derecho por este concepto, mismo que se paga a la Federación y es recaudado por las autoridades municipales, a las que se les retorna un pequeño porcentaje del mismo que, en este caso y, debido a lo abultado de la recaudación y al tamaño del municipio, es más que considerable.

Por todo lo anterior, encontramos un ejemplo claro en esta isla de que la protección del medio ambiente no está, en absoluto, reñida con el desarrollo económico; muy al contrario, un medio ambiente adecuado es una excelente fuente de ingresos y, si a eso le añadimos políticas públicas adecuadas, más todavía.

Es realmente agradable conocer estos casos, casos de municipios prósperos, con un medio ambiente saludable, en los que el nivel y la calidad de vida de las personas reflejan lo sana y equilibrada que puede llegar a ser la interacción entre medio ambiente y desarrollo.

¡Enhorabuena al municipio de Cozumel!

Para mayor información sobre la maestría en derecho y políticas públicas ambientales pueden accesar a: www.jacobea.edu.mx

* Coordinadora de la maestría en derecho y políticas públicas ambientales. Escuela Jacobea de Posgrado

Turismo y medio ambiente en Cozumel ¡Un ejemplo de políticas públicas sostenibles!

Dra. Tania García López*

Lo primero que me llamó la atención al llegar al municipio de Cozumel, sin lugar a dudas, fue darme cuenta de que más de 90 por ciento de la isla es selva, selva baja, con menos agua que la del territorio continental, pero en buen estado de conservación.

Desde el avión esta situación llama mucho la atención porque sólo al acercarte a una distancia considerablemente cercana se advierte la mancha urbana; antes, parece una isla virgen, una isla verde rodeada de las bellas aguas color azul turquesa del Caribe mexicano.

La zona hotelera era lo que más curiosidad me producía y, a medida que iba avanzando por ésta me daba la impresión de que todavía no habíamos llegado, de que estábamos a las afueras de lo que empezaría a ser un hotel tras otro, pero “las ventanas al mar”, en palabras de un buen colega, funcionario del municipio al servicio de la gestión de la zona federal marítimo terrestre, son bien cuidadas en la isla.

La densidad de la zona hotelera es más bien baja, si la comparamos con polos de desarrollo turístico cercanos, como Cancún e incluso Playa del Carmen, resaltando el hecho de que, además de que la vida nocturna es prácticamente inexistente, o al menos muy moderada, el turismo de la zona valora especialmente el contacto con los recursos naturales, terrestres y marítimos.

Es bien conocido que el turismo de buceo considera Cozumel como uno de los destinos mejor valorados, por la transparencia de sus aguas y la riqueza de su entorno arrecifal, rico en biodiversidad y en un estado de conservación francamente espléndido, debido, entre otros motivos, a la consideración jurídica de aproximadamente la mitad de su extensión en Parque Nacional (Parque Nacional Arrecifes de Cozumel).

Cuando empezaron a llegar cruceros a la isla se discutió mucho su impacto sobre el entorno, especialmente sobre el sistema arrecifal, además de ponerse de relieve la gran cantidad de basura que necesitaban descargar a su llegada.

Hoy, sin embrago, las rutas de navegación para la entrada de estos barcos están bien definidas y la gestión de la basura se ha convertido en otra área de oportunidad para la economía de la región.

Los ingresos por concepto del uso, goce y disfrute de la zona económica exclusiva de la Federación en la isla de Cozumel son los más altos del país, debido a que todo turista que desembarque genera el cobro de un derecho por este concepto, mismo que se paga a la Federación y es recaudado por las autoridades municipales, a las que se les retorna un pequeño porcentaje del mismo que, en este caso y, debido a lo abultado de la recaudación y al tamaño del municipio, es más que considerable.

Por todo lo anterior, encontramos un ejemplo claro en esta isla de que la protección del medio ambiente no está, en absoluto, reñida con el desarrollo económico; muy al contrario, un medio ambiente adecuado es una excelente fuente de ingresos y, si a eso le añadimos políticas públicas adecuadas, más todavía.

Es realmente agradable conocer estos casos, casos de municipios prósperos, con un medio ambiente saludable, en los que el nivel y la calidad de vida de las personas reflejan lo sana y equilibrada que puede llegar a ser la interacción entre medio ambiente y desarrollo.

¡Enhorabuena al municipio de Cozumel!

Para mayor información sobre la maestría en derecho y políticas públicas ambientales pueden accesar a: www.jacobea.edu.mx

* Coordinadora de la maestría en derecho y políticas públicas ambientales. Escuela Jacobea de Posgrado

Palabras clave: Cozumel, políticas publicas, conservación, medio ambiente, biodiversidad

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