Por Mario Amador
Las experiencias que se han tenido durante muchos años en las empresas son una base importante para elaborar un plan de acción
La gestión de residuos paulatinamente se va a convertir en una de las principales preocupaciones para la mayoría de las empresas debido a la implementación de cambios en las leyes y en los reglamentos, por lo que se exige un mayor control sobre la separación, traslado y disposición final; además, analizar si es residuo sólido urbano, residuo de manejo especial o residuo peligroso, cada uno de éstos tiene una legislación y reglamentos muy claros para su manejo, lo cual aumenta los costos de eliminación de residuos, y es aquí cuando vienen los ahorros.
Normalmente se piensa que al camión de basura o a la empresa de recolección de residuos se lleva la “basura” y le damos $100 o $200 por semana, pero cuando uno comienza a estudiar la facturación de las empresas que se llevan nuestra “basura” podemos comenzar a ver que es una renta semanal que poco a poco va creciendo y si no se le regula en breve será un monstruo difícil de controlar al interior y al exterior de la empresa; por eso el establecer una estrategia de minimización y manejo adecuado de residuos es vital, hablando económicamente, porque nos ahorraremos mucho dinero, pero también en aspecto de cultura ambiental empresarial porque es una excelente oportunidad para comprometer a los empleados en una visión de conjunto.
En este punto es importante aclarar dos ideas que mucha gente utiliza como sinónimos, las palabras “basura” y “residuos”. Primero se definirá la basura como la mezcla de todo tipo de materiales que no se usan en una empresa, todo se mezcla sin importar su origen (orgánico e inorgánico) y su condición (sólido urbano, manejo especial y peligroso), como se diría vulgarmente, aquí va de “chile, de mole y de pozole”; afortunadamente este paso ya ha sido superado por muchas empresas mexicanas y felizmente uno se puede dar cuenta en los recorridos realizados que ya tienen espacios claramente señalados para su correcta disposición para que el camión pase por ellos. Los residuos son precisamente eso, cuando a la basura se le separa en sus diversos componentes (orgánico, inorgánico, reciclables, residuo digital (e-waste), residuos de manejo especial (lámparas fluorescentes) y residuos peligrosos.
Pero el principal reto va más allá de tener un espacio en el patio donde se colocan los residuos antes de que pase el camión por ellos, el mayor reto de todos es sensibilizar a la organización de que los separe, la experiencia nos dice que el 90 por ciento de los empleados conoce la diferencia entre un residuo orgánico y uno inorgánico pero sólo el 20 por ciento los separa, ¿por qué? Porque no es un hábito el hacerlo, se conoce lo que es, pero ese conocimiento no se ha convertido en acción, y es aquí donde la estrategia de una organización se debe enfocar a reforzar la toma de acción para que los contenedores, en los cuales una organización ha invertido bastante, realmente sirvan y no sólo sean “botecitos de colores” en donde se coloca la “basura”.
Las experiencias que se han tenido durante muchos años en las empresas son una base importante para elaborar un plan de acción en coordinación con los diversas áreas, y que este plan de acción vaya más allá de la correcta separación, sino a una minimización y manejo adecuado. El considerar el concepto de “reduce, reúsa y recicla” es una de las soluciones para el reto de los residuos en las ciudades.
Otra de las soluciones es la “prevención”. Puede haber varias opciones para evitar la generación excesiva de desechos, tanto en la empresa y con los clientes y proveedores, algunos pueden ser:
▪ Compre en envases a granel y reutilice cajas, sobres, etc.
▪ Evite el embalaje innecesario.
▪ Use material reciclable.
▪ Reduzca el uso de productos de generación de residuos, tales como trapos, toallas de mano de papel, papel de escribir, etc., y reemplácelos con paños, secador de mano eléctrico, etc.
▪ Arregle con sus proveedores para recuperar los cartuchos de tinta de reutilización para impresora y fotocopiadora, embalaje, pallets, etc., y reduzca los gastos en consecuencia.
▪ Optimice los equipos y materiales para aumentar la reutilización y el uso múltiple.
Algunas soluciones de reciclaje que se deben comentar y analizar en conjunto con el comité ambiental para su correcta implementación adaptándose a la cultura ambiental de la empresa son:
▪ Clasificar los residuos en el lugar desde el principio.
▪ Entrenar a su personal a ser conscientes del medio ambiente desde sus respectivos puestos de trabajo y crear nuevos voluntarios que estén al tanto de los procesos.
▪ Haga arreglos para que haya contenedores de reciclaje adecuados, bien señalizados y codificados por colores.
▪ Asegúrese de que los residuos se almacenan en lugares apropiados en las instalaciones de la empresa.
Como conclusión, podemos decir que un plan exitoso para el manejo de residuos debe contener las tres erres: reduce, reúsa y recicla, esto brinda grandes oportunidades de crear una nueva cultura ambiental empresarial y, por lo tanto, tener empleados más conscientes de su entorno y más entregados en su labor, además de que esto permitirá generar menos “basura” la cual actualmente le cuesta dinero a su empresa, y esto gradualmente se incrementará. Ahora sí se está ante una oportunidad donde puede generar ahorros y mejorar su imagen ante grupos de interés. Como siempre, la decisión está en sus manos, ojalá decida dar el siguiente paso.
