Colaboraciones

¿El desarrollo debe seguir centrado en el ser humano?

Por Oficina.Verde

En sus dimensiones físicas, la economía es un subsistema del ecosistema terrestre que es finito (no creciente y materialmente cerrado). Cuando el subsistema económico crece, incorpora una proporción cada vez mayor del ecosistema total, teniendo su límite en 100 por ciento, si no antes. Por tanto, su crecimiento no es sustentable. El término “crecimiento sustentable” aplicado a la economía es contradictorio; dicho de otro modo, el crecimiento sustentable es imposible.

Recordando la idea que se comentó en el escrito anterior:

Sólo existen dos personas que consideran que el crecimiento puede ser infinito en un espacio finito (planeta Tierra); un loco y un economista.

La sustentabilidad del desarrollo sólo estará dada en la medida en que se logre preservar la integridad de la biodiversidad (suma de los ecosistemas de la Tierra que brindan sostén para que se dé la vida y por lo tanto la existencia del ser humano).

Este último aspecto es de gran importancia porque significa que, para que sea sustentable, el desarrollo tiene que transitar del actual antropocentrismo (todo el desarrollo centrado únicamente en el hombre) al biopluralismo (tener una visión de largo plazo donde no sólo importamos los seres humanos y esta generación, sino que todo está relacionado, y que si dañamos una parte del sistema todo resulta afectado), otorgando a las demás especies el mismo derecho a la vida, lo cual, dicho sea de paso, no contradice el carácter antropocéntrico del crecimiento económico al que se hizo alusión anteriormente, sino que lo amplifica.

La sustentabilidad ambiental del desarrollo se entiende como la capacidad de sustento de los ecosistemas (la posibilidad de la naturaleza para absorber y recomponerse de las agresiones del ser humano y de los desechos de las actividades productivas).

No basta con que el desarrollo promueva cambios cualitativos en el bienestar humano y garantice la integridad del ecosistema del planeta. Nunca estará de más recordar que: “en situaciones de extrema pobreza el ser humano empobrecido, marginalizado y excluido de la sociedad y de la economía nacional no posee ningún compromiso para evitar la degradación ambiental, si es que la sociedad no logra impedir su propio deterioro como persona”.

Lo anterior implica, especialmente en los países con graves problemas de pobreza, desigualdad y exclusión (como México), que los fundamentos sociales de la sustentabilidad no se cumplen. Estos postulados se basan en los criterios básicos de la justicia distributiva, para el caso de bienes y de servicios, y los de la universalización de cobertura para la educación, salud, vivienda y seguridad social. Lo mismo se aplica, en aras de la sustentabilidad social, a los criterios de igualdad de género, la incorporación plena de la mujer en la ciudadanía económica (mercado), política (voto) y social (bienestar).

El nuevo paradigma postula también la preservación de la diversidad en su sentido más amplio (la sociodiversidad además de la biodiversidad), es decir, el mantenimiento del sistema de valores, prácticas y símbolos de identidad que permiten la reproducción del tejido social y garantizan la integración nacional a través de los tiempos. Ello incluye la promoción de los derechos constitucionales de las minorías y la incorporación de éstas en políticas concretas de educación bilingüe, autonomía territorial, religiosidad, salud comunitaria, etc.

Si tienes algún comentario, ojalá lo pudieras compartir. http://oficinaverde.org.mx/¿el-desarrollo-debe-seguir-centrado-en-el-ser-humano/

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