Colaboraciones

Agua y energía: El agua nos nutre de vida y nos ahorca con energía

  • El agua como principal medio para la vida es utilizada para el riego y cultivo de alimentos, es indispensable para todas las funciones vitales

MCS Enrique Healy Wehlen*

La disponibilidad del agua y la demanda de energía constituyen el corazón fundamental a la hora de satisfacer las necesidades humanas básicas y garantizar el progreso de las economías a escala mundial.

El agua como principal medio para la vida es utilizada para el riego y cultivo de alimentos, es indispensable para todas las funciones vitales, en especial para el metabolismo de la nutrición y alimentación.

El ganado lechero por ejemplo requiere de agua de muy buena calidad ya que es mucho más sensible. La elaboración de leche equivale al 87 por ciento de agua por lo que reitera en la combinación de una buena alimentación y un suministro óptimo.

Tenemos entonces que todo el ciclo de vida de la naturaleza depende del agua en cada etapa del proceso. Posteriormente tenemos el uso y consumo humano. Las actividades de higiene y salud también dependen del agua, así como las diversas tareas del hogar.

El agua y la energía están vinculadas entre sí. Se utiliza agua no solo en las presas o hidroeléctricas en donde se aprovecha 100 por ciento del caudal de agua. Sin embargo, es indispensable en los procesos de generación de energía termoeléctrica. Me refiero en este texto a los grandes volúmenes de agua que son necesarios en la práctica totalidad de procesos de producción de energía a partir de recursos fósiles como carbón, gas o petróleo como fuentes de calor y producir el vapor de agua que se utiliza en una central termoeléctrica.

De esta manera, el agua es necesaria para generar el vapor que produce electricidad mediante el movimiento de turbinas, y es el fluido principal para el enfriamiento de las plantas termoeléctricas en todo el mundo. En está ocasión el agua es contaminada y se recupera muy poca en relación con las grandes cantidades que se requieren durante todo el proceso.

La eficiencia energética conjunta en el uso de agua y de la energía es imprescindible por su íntima vinculación con el cambio climático.

El uso de energía en el abastecimiento del agua potable se divide en dos: por un lado, las etapas de disponibilidad del servicio como son: extracción, transporte, potabilización, almacenamiento y distribución. Por otro lado, los usos realizados por el usuario (bombeo para distribución dentro del hogar, agua caliente y sanitaria, entre otros).

En zonas rurales es común la existencia de pozos en donde se emplean bombas de agua lo que conlleva a más energía. Esto es favorable cuando se requieren grandes cantidades de agua como es el caso del riego para cultivo, pues es necesario el uso de agua potabilizada.

Se profundiza más aún la reflexión: el agua nos nutre de vida, o agua para sostener un mundo que se ahorca con energía. Veamos ahora el agua que habitualmente se consume durante el proceso termoeléctrico:

Al mismo tiempo que el agua es necesaria para generar el vapor que produce electricidad, se queman miles de barriles de petróleo. En promedio una central quema alrededor de 60 mil barriles diarios de petróleo o su equivalente en carbón o gas.

Si destinamos un promedio del agua utilizada por cada Kwh (1000 vatios hora de energía) nos daría 93 litros por cada Kwh. Fácilmente 100 litros de agua por cada 10 focos de 100 vatios prendidos en una casa hogar por una hora. Sí multiplicamos los 93 litros de agua por cinco millones de Kwh que genera en promedio una central termoeléctrica, anualmente obtendremos 465 millones de litros.

Cuatrocientos sesenta y cinco millones de litros de agua que se consumen anualmente para producir energía en tan solo una central termoeléctrica. Sumado al consumo de agua tenemos 1.1 Kg de carbono (CO2) emitidos a la atmósfera por cada Kwh generado.

En total 10 focos (100 vatios c/u) = 1,000 vatios hora de electricidad = -93 litros de agua + 1.1 Kg CO2

La ecuación queda:

1,000 vatios = – 93 agua + 1.1 CO2

Lo más relevante en las prácticas de vida para el ser humano; una central termoeléctrica puede llegar a consumir lo equivalente a 15 albercas olímpicas de agua dulce cada hora para generar el vapor necesario para su operación. Esto es el consumo que corresponde a las actividades diarias para vivir de 195 mil hogares en promedio.

¿Cómo vamos a garantizar un futuro con abasto seguro para ambas partes: la vida; con energía eléctrica? Siendo así que entre más vida aumenta la demanda de energía que nos ahorca con el CO2 que emite que a su vez agota el suministro natural de agua para vivir.

Aproximadamente cerca del 80 por ciento de la energía eléctrica global se genera mediante plantas usando combustibles fósiles, así que el agua es un elemento crucial para la energía y su desempeño recae directamente sobre el cambio climático y el requerimiento exhaustivo de agua. Veámoslo así; cada kilovatio de energía nos priva a su vez de agua que nos nutre de vida. Esté desafío incluye también efectos sobre los ecosistemas acuáticos y la devolución del agua utilizada en condiciones adecuadas.

El incremento en la demanda de agua y energía nos comprometen a elaborar estrategias para el desarrollo de medios y servicios con un propósito de sustentabilidad hídrica.

El futuro de la energía es un tema complicado que depende de muchos factores, como los avances tecnológicos, las políticas energéticas y medioambientales, y la demanda energética de la población mundial.

Sin embargo, existen algunas tendencias que pueden ayudar a proveer cómo será el futuro de la energía:

  • Transición a fuentes de energía renovable
  • Reducción del uso de combustibles fósiles
  • Mayor eficiencia energética
  • Desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía

En resumen, el futuro de la energía en el mundo está enfocado en la transición a fuentes de energía renovable, como la energía solar, eólica, hidráulica, geotérmica con sus limitaciones en potencia cada una de ellas. Tenemos también la energía nuclear, que utiliza elementos radiactivos como el uranio a manera de combustible, estos se someten a un proceso de fisión controlada en el cual los núcleos atómicos del uranio se dividen y liberan una gran e intensa cantidad de energía en forma de calor, es considerada una fuente de energía de bajo carbono. Por último, la mejora de la eficiencia energética con el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía.

* Universidad Iberoamericana

Fotografía: Pxhere.com

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