Ciencia y tecnología

STEVE, una misteriosa mancha morada en el cielo que no es una aurora

Se trata de un resplandor púrpura en el cielo que aparenta ser una aurora, pero en realidad no lo es

Teorema Ambiental/Redacción

La noche del 25 de julio de 2016, un delgado río de luz morada atravesó los cielos del norte de Canadá. Fue un espectáculo magnífico y misterioso, y los observadores del cielo que lo presenciaron lo llamaron “STEVE”. Al principio, se pensó que se trataba de un tipo de aurora, pero los científicos aún no han podido determinar con precisión qué es.

La información fue divulgada en un estudio publicado el pasado 20 de agosto en la revista Geophysical Research Letters, que descarta una explicación simplista como el decir que es un tipo de aurora.

Una aurora normalmente es un fenómeno atmosférico que aparece en el cielo cuando las partículas de plasma cargadas salen del Sol, navegan por el espacio con vientos solares y se precipitan en el campo magnético de la Tierra, cerca de los polos del planeta; si es el norte, se le denomina aurora boreal.

Según expertos de la Universidad de Calgary y de la Universidad de California en Los Ángeles, “STEVE” no contiene las trazas de partículas cargadas que explotan a través de la atmósfera de la Tierra, por lo que STEVE no es una aurora sino algo completamente diferente: un fenómeno aún sin explicaciones que los investigadores han denominado un “resplandor del cielo”.

steve

Para los fotógrafos y observadores de estrellas en los climas del norte, STEVE ha sido un fenómeno nocturno familiar durante décadas. Pero las misteriosas cintas de luz solo comenzaron a ser estudiadas a principios de este año cuando, en la revista Science Advances de marzo, los investigadores acuñaron el acrónimo STEVE: siglas de Strong Thermal Emission Velocity Enhancement o “Fuerte aumento de la velocidad de emisión térmica”.

En comparación con las auroras, que tienden a brillar en amplias franjas de luz verde, azul o rojiza según su altitud, STEVE es notablemente delgado, y suele aparecer como una sola cinta de luz púrpura, morada o violeta. Además, STEVE cruza totalmente el cielo nocturno, a menudo abarcando más de mil kilómetros.

Cuando un satélite de la Agencia Espacial Europea pasó directamente a través de STEVE en julio de 2016, los instrumentos a bordo confirmaron que un gas increíblemente rápido y caliente estaba atravesando la atmósfera. A unos 300 kilómetros sobre la Tierra, el aire dentro de STEVE resplandeció a unos tres mil grados centígrados más que el aire de cada lado, y se movió unas 500 veces más rápido. Esta banda de gas caliente y creciente tenía unos 25 kilómetros de ancho.

El 28 de marzo de 2018, STEVE apareció de nuevo en los cielos del norte de Canadá y estuvo a la vista de los equipos de grabación. En el nuevo estudio de la Universidad de Calgary, Gallardo-Lacourt y sus colegas decidieron utilizar los datos registrados esa noche para investigar más a fondo los misteriosos orígenes del resplandor.

“Basándonos en nuestros resultados, afirmamos que STEVE probablemente está relacionado con un proceso ionosférico”, escribieron los investigadores.

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