Ciencia y tecnología

Nube molecular en el corazón de la Serpiente

Una galaxia espiral típica como la Vía Láctea puede contener miles de nubes moleculares

nube-espiralEstados Unidos.— Las nubes moleculares son las estructuras más densas del medio interestelar, compuestas en su mayor medida por moléculas de hidrógeno. El observatorio espacial Herschel de la ESA ha revelado que estas nubes se organizan alrededor de gruesos filamentos que surcan toda su extensión. Estos filamentos podrían estar transportando materia y, cuando alcanzan un tamaño apropiado, inician el proceso de formación de nuevas estrellas.

Esta imagen tomada por Herschel muestra el núcleo de Serpens, el corazón de una gigantesca nube molecular. El núcleo propiamente dicho se corresponde con la brillante estructura situada cerca de la esquina superior derecha. Un poco más abajo se encuentra un cúmulo secundario más difuso, conocido como Ser G3-G6. En la parte izquierda de la imagen se puede distinguir un débil resplandor amarillo que se corresponde con la región LDN 583, que brilla con intensidad en la banda del infrarrojo lejano.

Las nubes moleculares pueden agrupar una masa 10 millones de veces superior a la de nuestro Sol, y se extienden cientos de años luz. Comparadas con el resto del espacio son bastante densas —con una densidad de hasta mil átomos por centímetro cúbico, incluso más en las regiones en las que se están formando nuevas estrellas—. No obstante, estos términos son bastante relativos, ya que sus regiones más pobladas son 10 veces menos densas que el mejor vacío que se pueda generar en un laboratorio.

Estas gigantescas nubes son estructuras muy complejas, organizadas en torno a gruesos filamentos mezclados con estructuras grumosas e irregulares con forma de pliegue, de lámina o de burbuja. Una galaxia espiral típica como la Vía Láctea puede contener miles de nubes moleculares, acompañadas por estructuras asociadas de menor tamaño.

La región de Serpens es ideal para el estudio de las nubes moleculares gigantes, ya que se encuentra a tan sólo mil 400 años luz de nuestro planeta. Un equipo de científicos ha comparado las observaciones realizadas por Herschel de esta región con una simulación por ordenador para tratar de comprender mejor las propiedades de la nube, y para determinar el grado de precisión de su modelo teórico.

Este método permitió descubrir una red de filamentos radiales que se extienden por todo el núcleo de Serpens, y que terminarán fragmentándose para comenzar el proceso de formación de nuevas estrellas. Estos filamentos recuerdan a los radios de una rueda, con el núcleo ocupando la posición de su eje.

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