Ciencia y tecnología

Nanosatélite del IPN fortalece monitoreo ambiental

Se denomina CanSat, tiene el tamaño de una lata de refresco y mide datos meteorológicos y cantidad de partículas por millón de dióxido de carbono

Teorema Ambiental/Redacción

Para fortalecer las labores de monitoreo ambiental en todo el país, en especial de la Ciudad de México, José Tlacaélel Sánchez Rangel, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), construyó un nanosatélite denominado CanSat, del tamaño de una lata de refresco, pero tiene la capacidad de hacer mediciones técnicas meteorológicas y la cantidad de partículas por millón de los niveles de contaminación por dióxido de carbono (CO2) suspendidas en el aire.

Estas mediciones se relacionan con aspectos tecnológicos, sociales y ambientales, además de constituir plataformas para investigación y aplicación científica, que permiten conseguir información para nuevos desarrollos tecnológicos.

El ingeniero mecatrónico señaló que este aparato también monitorea la humedad, velocidad, aceleración, presión atmosférica y temperatura, pesa 154 gramos y simula los conceptos básicos de un satélite real en órbita para una misión específica.

Está compuesto por una carcasa impresa en 3D y con un hexacoptero, cuyo vuelo dura 30 minutos, a una altura de hasta 250 metros, hasta por cuatro horas seguidas o pausadas de transmisión de variables.

Este aparato funciona con tres sistemas electrónicos: El primero se encarga de alimentar y suministrar toda la energía para su operación y el segundo subsistema es el de computadora a bordo, que lee todos los sensores (temperatura, presión atmosférica, humedad y CO2).

“Posteriormente, procesa las variables y las manda al tercer subsistema que es el de comunicación. Lo que hace la computadora a bordo es que procesa toda la información de los sensores y la envía al sistema de comunicación para que, de forma inalámbrica, la mande a la estación en tierra, que es una antena receptora en mi computadora, ahí despliego los datos y variables en tiempo real del CanSat”, detalló.

nanosatelite01

Aplica un protocolo de comunicación inalámbrica Zigbee, porque establece una comunicación estable, maximiza la vida útil de sus baterías y esta se procesa a través de un software denominado LabVIEW, el cual separa los datos de los sensores y los muestra a través de una interfaz gráfica para su monitoreo en tiempo real, además mide el consumo de la batería del dispositivo.

Este nanosatélite podría reforzar la labor de las estaciones de monitoreo que hay en la Ciudad de México (28) y en el Estado de México (15), para cubrir rangos más amplios de zonas y disminuir costos.

“Se podría hacer un estudio y evaluar el número de CanSat a utilizar de acuerdo a la densidad de la población por alcaldía, para realizar un barrido con los dispositivos e identificar los puntos donde se genera más contaminación y la hora en que esto sucede, con el fin de tomar acciones para reducir la emisión de contaminantes en esos puntos o advertir a la población de los riesgos”, dijo.

La idea principal de este proyecto es que se pueda abarcar más áreas en menor tiempo; para la construcción del nanosatélite el joven politécnico invirtió aproximadamente tres mil 500 pesos y otra de sus ventajas es que su mantenimiento es económico.

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