La Hora del Planeta de WWF, es el mayor movimiento global para darle un respiro a la Tierra
Ciudad de México.— El movimiento llamado La Hora del Planeta, dejará a oscuras los edificios más emblemáticos de todo el mundo y movilizará a cientos de millones de personas, empresas, gobiernos, organizaciones, centros educativos a que unan sus voces en defensa del medio ambiente.
Todo el globo terráqueo formará parte este año de la “masiva celebración” que invita a individuos, gobiernos y empresas a apagar la luz durante una hora “para pensar en el futuro del planeta”, el llamado es para este 19 de marzo, de 20:30 a 21:30 horas.
La Hora del Planeta de WWF, es el mayor movimiento global para darle un respiro a la Tierra.
¿Qué es?
Es una campaña de WWF que empezó en 2007 en Sídney, Australia, como un gesto simbólico de la lucha contra el cambio climático. Diez años después, se ha convertido en la mayor campaña de movilización ambiental de la historia. Una expresión multitudinaria del sentir de millones de personas que están pidiendo la implicación comprometida de todos frente al cambio climático, la mayor amenaza ambiental a la que nos enfrentamos.
¿Por qué?
Con el lema “Ahora es el momento. Cambia por el clima”. La Hora del Planeta 2016 quiere llamar la atención sobre dos hechos trascendentales que hacen aún más urgente la lucha contra el cambio climático.
– De un lado, la firma del Acuerdo de París del pasado mes de diciembre, que abre el camino para que el calentamiento global no exceda los 2ºC.
– Y, de otro, que 2015 ha sido el año más cálido desde que hay registros que midan las temperaturas de la Tierra.
Así responde el mundo en la hora del planeta
Durante 2015 se demostró el poder de movilización de los ciudadanos, lanzándose masivamente a las calles de cientos de ciudades de todo el mundo para exigir un acuerdo ambicioso en la Cumbre de París.
Diez mil ciudades y más de 172 países, desde Sídney a Hawái, todos sincronizados para lanzar un mensaje de la necesidad de luchar contra el cambio climático.
Lo conseguido en París es esperanzador, pero es tan solo el principio.
Aunque la transición hacia un modelo 100 por ciento renovable es imparable, el momento de actuar es ahora.
