Cambio climático

¿Por qué no actuamos más sobre el cambio climático? Las redes sociales tienen las respuestas

  • La conversación global sobre el clima indica altas expectativas de las empresas para aportar soluciones, pero domina el escepticismo sobre el lavado verde corporativo

Teorema Ambiental/Redacción

Dassault Systèmes, Capgemini y Bloom publicaron el primero de sus estudios “Inteligencia social para la acción climática”, que analiza las razones por las que, a pesar de los signos cada vez más evidentes de perturbación climática, no se están tomando medidas reales para abordarla.

El reto

La barrera más destacada que surge de este análisis, entre febrero y octubre de 2022, es el escepticismo de los consumidores generado por el lavado verde. Este periodo también vio un aumento de la ansiedad ecológica y la frustración por la falta de información confiable y relevante para guiar la acción climática.

El estudio conjunto se propuso comprender mejor los obstáculos a la acción climática y cómo las personas pueden superarlos para limitar el impacto del calentamiento global. Para ello, Bloom, una plataforma de inteligencia artificial dedicada al análisis de redes sociales, analizó la “conversación global sobre el clima”.

Durante ocho meses, más de 330 millones de personas se expresaron sobre el tema con vigor y pasión. Si el escepticismo climático es ahora marginal (aunque genere un eco desproporcionado, especialmente en Estados Unidos), el debate sobre la mejor manera de abordar el problema está en pleno apogeo, en un año marcado por un empeoramiento de la perturbación climática, con dramáticos impactos humanos. Consecuencias: olas de calor, sequía, incendios, inundaciones, huracanes…

Las principales barreras a la acción climática que surgen del estudio de 2022, en orden de importancia, son:

1. “Optimismo desconectado” de empresas e instituciones sobre sus avances medioambientales, sean significativos o menores. Como el impacto real de este progreso suele ser difícil de comprender, la comunicación excesiva positiva y oportunista, a veces en contradicción con los análisis de los expertos (en cuyo caso puede denominarse “lavado verde”), crea una disonancia que genera desconfianza y desalienta la acción. Los consumidores, especialmente los más jóvenes, se han vuelto más maduros en estos temas y ahora son muy sensibles a ellos. El “optimismo desconectado” también preocupa a quienes piensan que la tecnología es la solución a la emergencia climática hasta el punto de que no es necesario actuar.

2. Falta de información fiable sobre soluciones: los ciudadanos, en busca de la “información adecuada”, se ven paralizados por información contradictoria o desinformación, lo que provoca desconfianza y sensación de impotencia. Durante 2022, se constató un aumento en el número de publicaciones y en la tasa de engagement sobre este aspecto, marcado por fuertes emociones negativas. En este contexto, instituciones y autoridades como el IPCC, que publicó su sexto informe en abril de 2022, son referentes muy esperados.

3. Miedo a los impactos sociales negativos de las medidas climáticas: la justicia social está en el centro de la conversación sobre el clima. En un año marcado por la inflación, el costo de la vida se está convirtiendo en un tema cada vez más importante en el debate sobre los cambios drásticos en el estilo de vida necesarios para limitar el calentamiento a 1.5 °C (energía, transporte, alimentación, etc.). A los ciudadanos les preocupa especialmente que las poblaciones más vulnerables no sean las primeras víctimas.

4. Delegación de autoridad: considerar que la acción climática es responsabilidad de otros y no de uno mismo. El informe muestra que se considera que las empresas son las más capaces de actuar eficazmente a largo plazo, por delante de la acción individual y muy por delante de los gobiernos. Los consumidores consideran que el efecto “colibrí” de las acciones individuales ya no es suficiente dada la magnitud de la urgencia climática actual y que las empresas, a las que se considera responsables de parte del problema, tienen la capacidad de influir en una gran cantidad de escala y más rápidamente que los gobiernos.

5. Desesperación por el cambio climático: las personas se sienten impotentes ante el impacto del cambio climático, hasta el punto de desalentar cualquier acción. Esta barrera, que ha experimentado un número cada vez mayor de publicaciones e interacciones a lo largo de 2022, tiene la mayor participación y la mayor proporción de emociones negativas de todas las barreras estudiadas.

“La opinión pública ha adquirido una gran madurez en la comprensión de la acción climática y la escala a la que debe realizarse”, añade Cyril García, director de Servicios Globales de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa de Capgemini y miembro de la Junta Ejecutiva del Grupo.

Fotografía: Dassault Systèmes, Capgemini y Bloom

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