Una reunión internacional de líderes en la que participarán el ex presidente estadounidense Bill Clinton y alcaldes de seis ciudades de América Latina, comenzó ayer para intercambiar ideas sobre la forma de atender la amenaza del calentamiento global.
Los alcaldes y gobernadores de 45 localidades, desde México y Colombia hasta Corea del Sur, se reunieron con Clinton y el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, para analizar el cambio climático global en la II Reunión C40 de Clima de Grandes Ciudades, que se extenderá hasta el jueves. Asistirán también al encuentro ejecutivos de empresas internacionales. Entre las ciudades latinoamericanas que enviarán a sus alcaldes figuran Bogotá, de Colombia; Curitiba, Río de Janeiro y Sao Paulo, de Brasil; Lima, de Perú; y México.
La primera reunión del C40 se realizó en 2005 en Londres y participaron en ella representantes de 18 ciudades.
Los organizadores de la conferencia creen que las ciudades deben desempeñar un papel importante para revertir el cambio climático ya que contribuyen con 80 por ciento de las emisiones de gases invernadero del mundo, a pesar de que sólo cubren 1 por ciento de la superficie de la Tierra.
“Las ciudades deben asumir la responsabilidad de nuestra contribución con el cambio climático global”, expresó el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, uno de los participantes.
Una portavoz dijo que Villaraigosa anunciará el martes el plan de su ciudad para reducir las emisiones de dióxido de carbono antes de asistir a la reunión.
Los gases invernadero, entre ellos el dióxido de carbono y el metano, atrapan la energía solar proveniente del sol. En una ciudad como Nueva York, los edificios contribuyen con la gran mayoría de las emisiones ya que consumen electricidad, gas natural y petróleo.
En la conferencia de esta semana se analizará la forma de hacer que las ciudades contaminen menos, utilicen fuentes energéticas alternativas, transformen la basura en energía y trabajen junto al sector privado.
Entre los casos que se analizarán figuran el del nuevo sistema de supervisión y control del agua en Fortaleza, Brasil, que logró un ahorro equivalente a 2.5 millones de dólares anuales.
Fuente: Milenio
