“Para mantenernos dentro de los límites planetarios son ineludibles la salida del capitalismo fósil, el cambio de nuestros sistemas energéticos a fuentes renovables”, señalaron
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México 3 de octubre de 2019.— La crisis ambiental que amenaza al planeta, incluyendo su biodiversidad y la supervivencia de la especie humana, ya afecta importantes condiciones sociales y económicas hasta por lo menos las siguientes tres generaciones, coincidieron expertos latinoamericanos convocados por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y el Proyecto Regional Transformación Social-Ecológica (FES Transformación).
Durante el evento, el doctor José Sarukhán, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), planteó tres retos que en México han agudizado en los últimos años los problemas ambientales con efectos sociales:
- Un escenario de “cero” deforestación en el territorio nacional en la próxima década;
- Mejores niveles de soberanía alimentaria, sin deforestación, y
- Generación de una política de Estado real que permita a ejidatarios y comuneros un aprovechamiento real de sus predios y obtener satisfactores económicos reales.
Durante la inauguración del foro “Hacia la Transformación Social-Ecológica en América Latina y México”, Christian Denzin, director general de FES Transformación, explicó que los modos de vivir, producir y consumir de la sociedad están llegando a sus límites y América Latina se encuentra en una etapa de destrucción y pérdida del medio ambiente que pone en peligro no solo la vida de futuras generaciones, sino también de la flora y fauna, lo mismo que ocurre en todo el planeta.
“Si las emisiones actuales no bajan drásticamente en la siguiente década, se estima que para 2030 y 2052 la temperatura global incremente 1.5 grados centígrados en comparación con la temperatura preindustrial.
“Para mantenernos dentro de los límites planetarios son ineludibles la salida del capitalismo fósil, el cambio de nuestros sistemas energéticos a fuentes renovables y a una reducción significativa del uso de la energía, la salida o modernización de las grandes industrias tradicionales, la recuperación de los ecosistemas degradados por los cambios de uso de suelo y la transformación de las ciudades con un énfasis en la mejora del transporte público”, concluyó.
